Esta mañana, cuando volvía de trabajar, he visto a una hembra de gorrión común interactuando con una lavandera común. Le atacaba constantemente mientras la lavandera se zafaba como podía. No quería marcharse porque estaba picoteando en uno de los pocos lugares libres de nieve y supongo que más picotazos da el hambre que la hembra de gorrión. Pero, ¡vaya con los inocentes gorrioncillos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario