lunes, 28 de marzo de 2011

Primeros avisos de que llega la primavera.

Llueve, llueve y llueve.

En las ventanas se recorta

una luz incierta

cenicienta y gris.

Es marzo y no

ha brillado el sol

en todo el invierno.

La mirada se vuelve

al interior y descubre,

en el fondo de uno mismo,

la brillante luz

de la

próxima llegada

de la

primavera. La fotografía es de Judith Aydillo.

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