El sol pinta de naranja el pueblo de El Rocío, que queda al Este. Las yeguas se han retirado a sus establos y la marisma se ha quedado vacía. Espadañas y carrizos adquieren un tono verde y dorado. Entre las ramas de los pinos vuelan docenas de pajarillos, algunos con una anilla en la pata. Cae la noche.
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