Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 18 de marzo de 2011

Gladys del Estal.

Citaba yo ayer en una entrada de este blog sobre Fukushima y Garoña a Gladys del Estal. La cita era de pasada porque consideraba que todo el mundo conoce a Gladys. Me ha sorprendido que un buen número de lectores, especialmente los más jóvenes, no sabían de quién estaba hablando. Por eso hoy le dedico una entrada completa. Gladys del Estal tenía 20 años cuando en el año 1976, en unión de otras dos o tres personas, constituyó en San Sebastián el Grupo Ecologista de Eguía-Egiako Ecologista Taldea. Siempre fue una ecologista, pero desde siempre tuvo claro que había que organizarse para ser más eficaz que trabajando en solitario. Eso que ella era muy solitaria y reflexiva, quizás no había encontrado todavía la forma de expresar su compromiso. Pronto se unieron otros. En el Aula de Cultura de Eguía, que en aquellos años existía en los bajos del nº 17 de la Avenida de Ametzagaña, nos cedieron un local en el que montamos una pequeña biblioteca y creamos algún servicio de documentación. Parábamos poco allí, pero a Gladys le gustaba tener un lugar en el que estudiar. Como grupo ecologista participamos en multitud de actos, de los que recuerdo especialmente dos: el Fin de semana Ecologista del barrio de Eguía-Ekologiaren buruzko aste-bukaera Egia-hauzoan, celebrado en noviembre de 1977, en el que hubo conferencias, proyecciones de películas, servicio de librería con venta de libros de ecología y ciencias naturales, degustación de licor natural de manzanilla, etc. Y la 1ª Semana de Introducción a la Ecología para jóvenes (12 a 16 años), celebrada durante las vacaciones de Semana Santa, del 27 de marzo al 1 de abril de 1978 con teatro, títeres, meriendas, exposiciones, elaboración de murales, reparto de pegatinas, etc. La mayoría de aquellos actos los celebramos en el salón de actos de la propia Aula de Cultura. Muchas de aquellas películas y de las conferencias giraban alrededor de la energía nuclear. Estábamos en plena lucha por una costa vasca no nuclear. Contamos con la ayuda de muchas personas. Marchas de bicicletas, elaboración de murales, las acciones se fueron multiplicando.
Gladys en bicicleta en una de las fiestas reivindicativas en las que participaba, bien en solitario, bien como miembro del Grupo Ecologista de Eguía. Detrás de ella, con barbas, otro de los fundadores del Grupo.

Gladys era una enamorada de la vida. Trabajaba en la tienda de ropa Ramón Hernández, en la Avenida de San Sebastián, manteniendo los sistemas técnicos de la tienda: bases de datos, emisión de facturas, almacén, etc. pero su gran ilusión era empezar a estudiar Biológicas. Me lo dijo muchas veces, tenía previsto empezar en cualquier momento. Con ella descubrimos el significado de "emisiones de CO2", "gases de efecto invernadero" y el significado de "calentamiento global" en fecha tan temprana como 1977. Cuando salía de trabajar, en aquellos años convulsos pero preñados de esperanzas de cambio, tomábamos un autobús de línea, de los "verdes" e íbamos a Fuenterrabia, Andoain, Tolosa, etc. para celebrar reuniones y animar a constituir Comités Antinucleares. Ni sé cuántas reuniones celebramos ni cuántos Comités ayudamos a constituir, pero en aquellos viajes hablábamos mucho y se me quedó grabada la imagen de una Gladys absolutamente dispuesta a estudiar y a trabajar para que se antepusieran valores de equidad y respeto a la vida y al interés común, de respeto a la Naturaleza y a las personas, frente a los intereses particulares de rentabilidad de las eléctricas y sus centrales nucleares. Publicamos muchos folletos y pegatinas; no sé qué será de ellos. Aquella labor de animación y creación de Comités Antinucleares en Guipúzcoa finalizó en una gran asamblea en Andoain. No sé si había habido otros grupos recorriendo la provincia como nosotros o si toda la asistencia a aquella asamblea venía motivada únicamente por nuestras actividades por toda la provincia, pero recuerdo que a Gladys le encantó ver tanta gente antinuclear reunida. Era una marea imparable. Al cabo de un par de meses, en julio de 1978, dos de las personas del grupo nos trasladamos a vivir a Vitoria. A pesar de ello seguimos en contacto, pero sin la continuidad diaria.

El día 3 de junio de 1979 estaba convocada en Tudela (Navarra) una fiesta reivindicativa antinuclear, y de protesta contra el polígono de tiro de las Bárdenas. Me reuní allí con Gladys a eso de las 11 de la mañana. Pasamos una mañana estupenda. Hacía un buen día, templado y soleado, y había actuaciones, charlas o mítines, no recuerdo bien. Pero sí que recuerdo que estábamos muchísimas personas y que todo era multicolor. Nos juntamos con varios amigos de Vitoria y de Donosti y tomamos algo en alguna chozna o cosa parecida. Al decidir irnos, nos despedimos, porque ella había ido en autobús y yo había ido en coche. Me volví para Vitoria. Estaba tomado un baño cuando la radio dió la funesta noticia. Perdí la visión y la noción del tiempo. Salí zumbando, no me lo podía creer. Me convertí en un zombi. No sé a dónde fui ni cómo pasé aquella noche. Sé que unos amigos consiguieron un vestido con el que amortajar su cadáver. Real, pesado. Su pelo manchado de sangre. Era enloquecedor. Cuando al día siguiente llegamos a Donosti, la policía exigía que el furgón fuera directamente al cementerio sin parar en ningún sitio. Yo me coloqué detrás con mi coche y recorrí todas las calles del barrio tocando la bocina detrás del coche mortuorio. Me han contado que, desde las ventanas, muchas personas la despedían aplaudiendo. No comprendo ahora cómo me lo permitió la policía. Era el único coche aparte de los de los grises. Fue terrible, como una pesadilla. En el cementerio había mucha gente. Recuerdo que en alguna pancarta habían escrito en euskera "nos la han matado". Me pareció una frase muy apropiada. Nos la habían arrebatado brutalmente. Habían segado su vida.

El cuerpo de Gladys tirado en el suelo, junto al puente, en Tudela, recién asesinada con un disparo en la nuca por un número de la Guardia Civil.

Han pasado más de treinta años y es la primera vez que me animo a compartir mis recuerdos y el dolor. Nunca he participado en los homenajes que se le han ido ofreciendo. Ninguno me parece suficiente para lo que significó su desaparición. Su familia quedó huérfana. El movimiento ecologista también. La añoramos durante muchos años. Seguimos sin comprender cómo pudieron arrebatarnos una vida tan llena de ilusiones.

Homenaje a Gladys del Estal en el año 2006.


Siempre estará en mi recuerdo. Por eso, cuando hoy algunas personas me han dicho que no conocían la historia de Gladys me he rebelado y he pergeñado esta nota. De homenaje y de recuerdo a una persona inigualable. En estos momentos de mala memoria, no olvidemos que su asesinato ocurrió mientras cambatía por una Tierra libre de ponzoña nuclear. No perdió su vida, no la dió por sus ideas, se la arrebataron.






2 comentarios:

  1. Gracias por éste pedacito de historia tuya, de Gladys, de tod@s...!

    Apenas sabía quien era y de lo que ocurrió con Gladys realmente...por cercanía al barrio y a gente.
    Gracias,de ésto ya no me voy a olvidar!

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  2. Para los que tenemos ya 50 y éramos jóvenes en aquellos años, el asesinato de Gladys fué un mazazo, yo era del comité de un pueblo de Gipuzkoa y recuerdo muchas reuniones con el resto de la gente (Elejabeitia y demás), lamentablemente no conocí o no tengo conocimiento de haberla conocido personalmente, aunque sí que la conocí en todos nosotros y nosotras que luchábamos por una Euskadi No Nuclear.
    Gladys goian bego maittia.

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