Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

sábado, 12 de marzo de 2011

Phalacrocorax (atriceps) bransfieldensis. Cormorán antártico. Aves de la Antártida 3/11.

En el área que denominamos genéricamente Antártico o mares australes, y que comprende no sólo todas las tierras emergidas al sur del paralelo 60ºS sino también otras tierras e islas más o menos alejadas del continente antártico como las Malvinas, las Georgias del Sur, las Kerguelen, las Sandwich del Sur, la Tierra del Fuego, Cabo de Hornos, etc. podemos distinguir unas diecisiete especies y subespecies de Cormoranes. De las cuales unas diez u once tienen azules las órbitas de los ojos. La identificación por este carácter, así como por la cresta o por las carúnculas amarillas, sería imposible si no fuera porque fronteras biogeográficas invisibles pero impenetrables las separan. Así pues, de acuerdo a este criterio, todas las fotografías de esta entrada corresponden al Cormorán antártico, denominado científicamente Phalacrocorax bransfieldensis, perteneciente a la Superfamilia atriceps. En nuestra expedición a la Antártida vimos tres especies distintas de cormoranes. Dos en islas del canal de la Beagle, que hace de frontera entre Argentina y Chile en el extremo sur de Sudamérica. Allí vimos y fotografiamos la especie Phalacrocorax atriceps, al que llaman Cormorán Imperial también perteneciente a la Superfamilia atriceps. Tenían también párpados azules y carúnculas amarillas. Y la especie cormorán magallánico o de las rocas Phalacrocorax magellanicus, de párpados y carúnculas rojas en una cabeza prácticamente del todo negra.
Grupo de cormoranes antárticos sobre las aguas de Bahía Paraíso.

El cormorán antártico, que es el que presentamos aquí, anida en la península antártica, en las islas Shetlands del Sur y en la isla Elefante. Aunque no se conocen sus desplazamientos, se sabe que en invierno se retira a latitudes más norteñas. Se trata de una especie que no es demasiado abundante, c. 11.000 parejas reproductoras; pero que parece estable, no apareciendo níngún riesgo inminente en su horizonte.

Colonia de nidos bajo una cornisa en farallones de Bahía Paraíso.
Se alimenta de peces e invertebrados, especialmente crustáceos, que captura buceando.
Es una especie monógama, que anida en pequeñas colonias, congregándose algunas colonias junto a fuentes abundantes de alimento, sin embargo, a menudo se ven parejas solitarias o pequeños grupos. Hace sus nidos bajo cornisas o en lo alto de acantilados. Es un nido en forma de cono truncado, construido de musgos, líquenes, fanerógamas submarinas, algas, hierba, guano y barro. No desdeñando materiales de origen antrópico como sogas o cuerdas.
La puesta consta de 2-3 huevos verdosos y blanquecinos, que, depositados en el nido a finales de octubre o noviembre, despiertan las apetencias de gaviotas cocineras (Larus dominicanus) y págalos parásitos. Para minimizar esta depredación, los dos miembros de la pareja incuban turnándose y dejando únicamente breves espacios de tiempo la puesta al descubierto. La crianza dura de 40 a 45 días y los dos miembros de la pareja se encargan de la alimentación de los pollos. Como éstos no regulan térmicamente, la pareja debe protegerlos del excesivo frío o del excesivo calor cubriéndolos con sus cuerpos hasta que los jóvenes adquieran la termorregulación.

El día 13 de noviembre por la tarde, estando fondeados en la isla de la Media Luna, en las Shetlands del Sur (62º36'S 59º55'W), mientras desembarcamos vamos observando cómo un págalo persige con saña a un cormorán que viene de pescar y regresa a la colonia. El cormorán se sumerge, el págalo falle los ataques pero sigue insistentemente. Se posa sobre el agua. Levanta el vuelo y gira en círculos hasta divisar de nuevo al cormorán emergiendo. Se lanza sobre él. El cormorán se sumerge, el págalo falla el ataque, levanta el vuelo, vuela en círculos, lo divisa recién emergido, se lanza una vez más sobre él. El cormorán vuelve a sumergirse, etc. Más de diez veces. Al final parece que, en esta ocasión, el págalo abandona. Quizás le molesta nuestra cada vez mayor proximidad; otras veces hemos visto que no abandona hasta que el ave atacada, exhausta, regurgita el alimento ingerido.

Colonia de nidos en lo alto de acantilados en Hidrurga Rocks. Junto a ellos pasa un pingüino de Adelia (de espaldas).

Algunos nidos parecen torres, construídos temporada tras temporada, cada año encima de los restos supervivientes del año anterior.

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