El viernes por la noche volví para censar el dormidero de Milanos reales (Milvus milvus) cuya visita en la tarde de la Nochevieja me produjo impresiones pajareras tan estupendas, que ya te comenté en una Entrada de este blog. Ella accedió a acompañarme. Soplaba un viento fuerte, seco, frío. Del sur. Llegamos a las cinco y media y por allí no había ni sombra viva. Revisamos más de mil metros lineales de chopera y no pudimos ver más que un pico picapinos (Dendrocopos major), tres carboneros (Parus major) y un herrerillo (Cyanistes caeruleus), despeinado por el viento entre las ramas del nogal en el que la tarde del 31 un pico picapinos nos dió un recital de posturitas. Ahora bien, eso sí, bandadas de estorninos (Sturnus sp.), cornejas (Corvus corone) y picazas (Pica pica) pasaron toda la tarde volando apresuradas de árbol en árbol. Más de cien estorninos, ocho urracas y un buen grupo de cornejas, todos vestidos del más riguroso luto, o medio luto, como en el caso de las picarazas, cubrieron de negro las rutas del cielo. Tengo la impresión de que son los únicos pájaros que van a quedar. Oportunistas, eurifagos, resistentes. Sólo se oía el ruido que hacían los vehículos que zumbaban por las carreteras y el carraspeo de las urracas. Aquel ruido de carraca que, de pequeños, imitábamos con media docena de perdigones de plomo agitados en una caja de cerillas. Hay días buenos y días malos, y hoy ha sido un día malo. Frío, las nubes oscuras corriendo por el cielo empujadas muy rápido por un viento del sur seco y frío. Nunca segundas partes fueron buenas, tampoco en la observación de las aves. Y aunque se repita el mismo sitio y la misma hora, a menudo no se repiten las mismas impresiones.
lunes, 17 de enero de 2011
Nunca segundas partes fueron buenas.
Etiquetas:
aves negras,
carbonero común,
herrerillo común,
La Bureba,
picaza,
Pico carpintero
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario