Fotografía del aguilucho lagunero GOV Ximo.
Aunque el ciclón era de ciclogénesis explosiva y por aquí pasó el sábado 27 por la noche, tanto el sábado por la mañana como el domingo y hasta ayer martes incluso, los vientos están muy alterados. Soplan cálidos y racheados. A pesar de todo, ayer por la tarde hubo una ventana de buen tiempo y quedó una tarde preciosa. Así que, siguiendo nuestros programa de anillar paseriformes migradores, nos fuimos a anillar escribanos palustres. De paso teníamos curiosidad por saber si habían llegado golondrinas, porque ya hay avistamientos por la zona. Pero no. No vimos ninguna golondrina. Lo que sí había por encima de los carrizales era un grupo de unos cinco aguiluchos laguneros (Circus aeruginosus) en pleno cortejo: subiendo bajando en picado, volviendo a subir. Dejándose caer sobre otro, cruzándose. Muy hermoso. La primavera les ha llegado ya. Montamos las redes y no cayeron escribanos palustres no, ninguno. Cayó un rascón europeo (Rallus aquaticus). Más oído que visto, nunca habíamos tenido uno en mano. Macho, adulto. Estuvo muy tranquilo. Lo anillamos con anilla de acero en tibia y salió volando con las patas colgando. Precioso, estaba delgadico, aunque no pudimos verle ni músculo ni grasa por lo denso de su plumaje. Parecía que había pasado un mal invierno. Pero se marchó volando a toda mecha. El aire olía a primavera y el sol calentó toda la tarde.
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