A mí me parece evidente, y sin embargo es un tema que sigue siendo discutido, que una de las mejores maneras de proteger un espacio natural es el de darle utilidad social. Que se llene de vecinos y vecinas, que se organicen actividades en su entorno, que se vea como algo útil y conveniente para la ciudadanía. Que se implique a la ciudadanía en su gestión. La mera conservación y protección estricta de estas Marismas de los Toruños en las que nos encontramos, no habían impedido que no sólo hubiera ocupaciones ilegales de algunos espacios en el propio interior del Parque sino que las zonas periféricas se fueran convirtiendo en vertederos y escombreras. Desde su conversión en Parque Metropolitano (o sea más o menos parque urbano) y la propiciación de que centenares de personas lo utilicen diariamente, su conservación parece asegurada. A pesar de ello, cada vez que paseo por el Parque miro con aprensión a las grúas de construcción que orlan su horizonte, especialmente por la zona de Puerto Real y San Fernando. Se supone que en la fotografía que se une a este poste se deberían ver al fondo, sobre esa extensión de salicornia y almajo. A veces, figuras de ordenación del territorio para una protección estricta, como la figura de Reserva Integral u otras parecidas, en este tipo de zonas próximas a la frontera de la urbanización, resultan contraproducentes. Algo de todos, algo de nadie. Se arrojan escombros, se explotan sus recursos, se invaden sus límites para aparcamientos, se integran en "supernecesarios" planes de expansión, industrialización y "polígonos industriales que van a traer el progreso a la comarca". La mayoría de estas actuaciones, incluso si alguna de ellas fuera de buena fe, encuentran su justificación en que esas grandes extensiones naturales están poco utilizadas o abandonadas. Su conversión en Parque Natural fue un gran paso, pero con ello no es suficiente. Evidentemente su consideración de Dominio Público Hidráulico también ha supuesto un reforzamiento de su protección. Pero, para mí, la definitiva salvación de la zona va a venir de la mano de la propia ciudadanía. Cuando podamos decir algo de todos, algo a ser utilizado por todos. Protegido por todos. No apropiable particularmente. Algo vivo, algo no abandonado sino por el contrario muy participado y muy utilizado, algo protegido. Supongo que habrá una gradación en la zonificación y en el interior de la zona, en su corazón, habrá alguna reserva integral. Pero en la periferia es preferible la figura de Parque Metropolitano a las concesiones (por ejemplo para acuicultura, difícilmente compatibles con la conservación), a la ocupación temporal o a las autorizaciones de uso, incluso en precario.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Impresiones conservacionistas en la bahía de Cádiz.
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