Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

martes, 31 de agosto de 2010

Nombres científicos del chotacabras y del abejaruco europeos.




En estas entradas relativas a los nombres científicos de las aves no podía faltar una explicando los de dos aves que esta tarde nos han transmitido mucha emoción: el chotacabras europeo (Caprimulgus europaeus) y el abejaruco europeo (Merops apiaster). El chotacabras europeo es un ave carismática. Canta al atardecer con un trino prolongado y ronroneante. Insectívora, caza al atardecer o por la noche volando bastante bajo sobre brezales, matorrales aislados, o sobre rebaños de animales, con su enorme boca abierta. Es difícil de ver de día pues su plumaje es muy críptico tipo "hoja muerta" o corteza y permanece echado. El término Caprimulgus está construido de dos palabras latinas capra (cabra) y mulgeo (ordeñar). Quiere decir pues "el que ordeña a las cabras". Es un nombre muy antiguo (sus orígenes pueden encontrarse en Aristóteles, del que seguramente pasó a Plinio). Creían los antiguos que el chotacabras aprovechaba la noche para ordeñar a las cabras. Se trata de una buena observación, pues los chotacabras acompañaban a los rebaños mientras pastaban, capturando los insectos que el rebaño iba levantando. Puede pensarse además que no se les veía de día dado su camuflaje, hasta que despegaban bruscamente del suelo espantados por el ganado. El verlos siempre junto al ganado alimentó la leyenda. La otra ave es el abejaruco. El ave más "africana" de entre las europeas. De colores brillantes, luminosos, muy variados, es una de las aves más coloridas de las que vemos en Europa. Frente a los tonos a menudo pardos de muchas del resto de las especies europeas, el abejaruco, a pesar de nacer en Europa, parece traer atrapado en sus alas parte del arcoiris del sol africano. Su genérico científico no tiene muchos misterios. Ya lo citaba Aristóteles. Merops en griego quiere decir "el pájaro que come las abejas". En esta característica, no del todo cierta pues devora otros muchos insectos como libélulas, avispas, coleópteros varios, etc. se basa también el específico apiaster, tomado del latín apiastra, que era el nombre que los romanos daban a un pájaro comedor de abejas y de apiaster, nombre latino de la melisa, planta llamada así por las visitas constantes que recibe de abejas que buscan su néctar. Por lo tanto su nombre científico significa "ave que come abejas, que come abejas". Un poco redundante para un ave que tiene otras muchas características (colorido, cortejo en el que el macho hace entrega de presas a la hembra, canto líquido, vuelo sincopado con frecuentes planeos, anidamiento en el interior de profundas galerías excavadas por él, pico negro como un alfange, etc.) que podrían haber sido tomadas en consideración para ponerle el nombre. ¡Ah! Pero la fama es la prisión de quien la tiene. ¡Crea fama y échate a dormir! Claro, con esos nombrecitos, no despierta mucho aprecio entre los apicultores. Esta entrada, como todas, está dedicada a ti.

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