El día 22 de mayo pasado conmemoramos el Día Mundial de la Biodiversidad; este año día especialmente importante por ser todo el año 2010 declarado por la ONU Año Internacional de la Biodiversidad. Hacía diez años que la ONU había definido unos grandes objetivos para detener la pérdida de biodiversidad en todo el Mundo. Transcurridos diez años, es el momento, en el año 2010, de analizar cuál ha sido el éxito en la consecución de los objetivos planteados y cuál ha sido el balance de esa determinación internacional. La evaluación "oficial" se hará en Nagoya (Japón) próximamente pero deseo presentarte aquí una primera evaluación de lo conseguido. Para ello voy a traer de la mano la opinión de Carlos Montes. Carlos Montes no es un mindango. Es catedrático de Ecología en la Universidad Autónoma de Madrid. Presidente de la Fundación Interuniversitaria "Fernando González Bernáldez" para el estudio y la conservación de los espacios naturales. Director del Laboratorio de Investigación de Socio-ecosistemas. Director del Aula de Sostenibilidad de la Universidad Internacional de Andalucía. Coordinador del Proyecto La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio en España, etc. En una pequeña intervención que tuvo el pasado 22 de julio en la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco dijo unas cosas sumamente interesantes por las novedades que aportan, que te sintetizo a continuación. (Nota: Tomé estas notas a mano, en directo mientras Montes hablaba. Como consecuencia de ello, puede haber simplificaciones en algún razonamiento. Creo, no obstante, que la definición inicial de los argumentos se ha recogido con fidelidad. Si ello no es así, no es achacable a Carlos Montes sino a mi incapacidad para seguir su torrente de opiniones, todas ellas interesantísimas y que deseé tomar al pie de la letra. Misión imposible.).
"¿Por qué ha constituido un fracaso la expectativa de detener la pérdida de biodiversidad para el 2010? ¿Por qué ha fracasado la consecución de los objetivos 2010? Es evidente el fracaso real. Las tasas de extinción son ahora mil veces mayores que las naturales. ¿Qué podemos hacer para el 2020? El objetivo sigue siendo frenar la pérdida de la biodiversidad. Para conseguir resultados positivos, en primer lugar se deberá atender a tres criterios (que se atribuyen a A. Einstein):
- Si quieres obtener resultados distintos, deberás hacer las cosas de una forma diferente.
- En tiempo de crisis, la imaginación es más importante que los conocimientos.
- No me digas lo que haces o cómo lo haces, dime lo que consigues.
La conservación es para optimistas, no para pesimistas. ¿Por qué, en lugar de castigarnos diciendo lo mal que va todo, no contamos las cosas que hacemos bien? Los naturalistas se han convertido en meros notarios para levantar acta de la pérdida de biodiversidad. Llorar por lo que está pasando y estudiar el porqué está pasando nos lleva hacia el pasado. Éste es el tipo de cosas que hay que cambiar para que las cosas ocurran de otra manera. La defensa de la biodiversidad no es un objetivo. Es un camino. Lo primero es encontrar el "para qué" interesa conservar la biodiversidad. Tener claros el objetivo y el motivo nos permitirá encontrar el "cómo". La clave para ello es analizar los efectos y las causas últimas, no las causas inmediatas. Las causas inmediatas son conocidas de sobra (fragmentación y pérdida del hábitat, cambio climático, introducción de especies invasoras, contaminación, explotación excesiva o sobreexplotación). Pero el conocerlas e incluso el combatir contra ellas no ha sido eficaz. No ha sido suficiente para detener la pérdida. Hay que atacar las causas de esas cuatro (evil quartet) o cinco causas de pérdida de biodiversidad que siempre se citan. Las causas que no se quieren atacar y que, sin embargo, son las causas de las cuatro o cinco que siempre se citan, yo las clasifico en seis, que son:
- No podemos tener una lógica capitalista de crecimiento permanente en un planeta finito. No se puede seguir negando lo que es evidente: estamos dentro de una crisis de valores, del ser humano, de civilización, de modelo económico. No es posible detener la pérdida de biodiversidad sin un cambio de modelo económico.
-La actual cultura de la conservación es elitista. No es posible detener la pérdida de la biodiversidad sin que los habitantes humanos compartan la gestión, la definición de objetivos y los beneficios de la conservación.
- El actual modelo de conservación, basado en especies "emblema" y espacios protegidos, no ha sido suficiente para detener la pérdida de la biodiversidad. Hay que cambiar el modelo elitista de la conservación mantenido por ONG's capitalistas que lo basan en especies "bandera" y espacios protegidos.
-Hay que dar una enorme importancia a la ordenación global del territorio. Hay que superar la esquizofrenia del territorio: protegido contra no protegido. El entorno de los espacios protegidos no puede ser lugar de descontrol y de ocupación de cualquier manera. La única definición de espacios protegidos, sin prever la utilización del resto del espacio físico no ha sido eficaz para detener la pérdida de biodiversidad. Hay que ir a una ordenación global del territorio.
- Los paradigmas y esquemas de evaluación científica y social actuales no dan respuesta a las necesidades conceptuales necesarias. Hay que ir a un cambio global de paradigmas científicos y sociales. Frente a una ciencia y a unos modelos sociales y de valores con recetas, certidumbres y certezas, la realidad se manifiesta cada vez más con incertidumbre e impredecibilidad. Hay que aprender a gestionar la incertidumbre. Hay que desarrollar capacidades y modelos de pensamiento complejo. Con centenares de sujetos activos participantes. Científica y socialmente estamos en una fase de "sofisticación de medios y confusión de ideas". Quizás para superarlo habrá que ir a la simplificación de los medios para obtener claridad en las ideas. Hay que posicionarse contra la "tecnolatria".
-Hay que reivindicar una nueva cosmovisión del individuo. La crisis es la pérdida del concepto de individuo en el medio. El individuo ha sido extraído del medio, aunque lo utiliza y obtiene rendimientos del mismo por mecanismos que desconoce y le son ajenos. Debe volver a sentirse parte del medio".
jueves, 7 de octubre de 2010
2010 Año Internacional de la Biodiversidad. Aproximaciones a la evaluación de los objetivos 2000-2010.
Etiquetas:
biodiversidad,
Carlos Montes,
evaluación objetivos,
sostenibilidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario