martes, 26 de enero de 2010
El factor humano II
En una expedición la convivencia es forzada y pasamos, todos los miembros de la expedición, prácticamente, 24 horas juntos. Nos levantamos, vamos al baño, desayunamos, nos trasladamos al trabajo, trabajamos, descansamos, comemos, etc. siempre juntos. Sólo al dormir cada uno se aisla en su propio mundo interior. Incluso algunos duermen en habitaciones compartidas. Así que roncan juntos. Esta convivencia tan intensa, en la que apenas queda una parcela para la intimidad, puede ser causa de roces y malosentendidos. En nuestro caso además se unían a ella otros dos factores que podían generar fricción. El grupo estaba formado por dos equipos de anilladores cuyos componentes habían trabajado juntos, pero que nunca habían convivido ni trabajado con los del otro equipo. En segundo lugar las diferencias de edad eran importantes pues junto a personas de más de 55 años había personas de 23. Estas diferencias de edad son importantes porque suelen suponer diferencias de sentido del humor, de claves de la vida, de percepciones en las interrelaciones, de expectativas, de ilusión, etc. En efecto hemos tenido algunos momentos de tensión. Una de los componentes lo ha pasado mal a ratos y aunque el resto de su equipo la hemos arropado, éstas son claves que se han de tener en cuenta en sucesivas expediciones. El factor humano, una vez más, es el factor crucial del éxito o el fracaso de una expedición. Nosotros, afortunadamene hemos podido solventar la crisis con sentido común y suavizando las discrepancias. El resto lo ha hecho la ilusión que todos teníamos.
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