De los veinte objetivos estratégicos que se han acordado para garantizar la disminución de la tasa de pérdida de la biodiversidad, se consideran los principales los siguientes:
1º.- El que se haya llegado a un acuerdo de todas las Partes aunque sea un acuerdo impreciso y a largo plazo.
2º.- La eliminación de las subvenciones "nefastas" para el medio ambiente y la biodiversidad.
3º.- El que se haya acordado impedir la sobreexplotación pesquera.
4º.- El que se haya acordado extender las áreas protegidas en tierra y mar.
5º.- El que se haya acordado restauratr al menos el 15% de los sistemas degradados, vinculando esta recuperación a los servicios que contra el cambio climático y la desertización prestan los ecosistemas.
A pesar de estos acuerdos, hay varios aspectos que quedan en el aire. En primer lugar la posibilidad real que hay de que esos acuerdos se lleven a cabo. En segundo lugar, si el sistema económico capitalista de mercado va a respetar aquellas medidas restrictivas a la actividad económica. Y en tercer lugar, la duda de si las Partes pondrán los recursos financieros suficientes para acometer todas estas actuaciones, sobrevuela todo el texto.
En fin, enseguida veremos qué resultados reales tienen todas estas buenas voluntades. Habrá que esperar a las valoraciones del porqué ha fracasado la estrategia 2000-2010 antes de ver cuáles de las medidas acordadas pueden ser verdaderamente eficaces para conseguir los objetivos y para no repetir los errores.
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