Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Mi idolatrado hermano Nacho. In memoriam.


La galerna de ciclogénesis explosiva de estos primeros días de noviembre ha debido tener su correspondencia en las tierras del continente. El viernes, a eso de las cinco de la tarde, un pequeño bando de avefrías (Vanellus vanellus) me cruzó volando sobre la carretera, en Puente Nuevo. En las fincas de labor entre Belorado y Fresno de Río Tirón, cuatro o cinco bandadas, de unos cuarenta o cincuenta ejemplares cada una, han pasado el fin de semana pegadas al suelo por los violentos vientos del oeste que han soplado. He oído, e incluso he leído, que las que echan hacia nosostros a las avefrías son las borrascas en el continente europeo. Su presencia entre nosotros indica pues temporales en centro Europa. Eduardo de Juana, en la guía que a menudo he recomendado aquí, dice textualmente de la avefría: "Masivas llegadas con olas de frío". Cuando, hace ya dos años, iba yo a cumplir el penoso deber de colocar una esquela de mi idolatrado hermano Nacho, recién fallecido, en la puerta de nuestra casa solar, enormes bandadas de avefrías caminaban entre la nieve caída en las fincas de ambos lados de la carretera. Supongo que habían sido expulsadas del continente por alguna buena tempestad. Pero yo, entre las brumas en las que el dolor por su pérdida me había sumido, tuve la impresión, no obstante, de que se estaban reuniendo allí para rendir su último tributo a mi hermano Nacho, gran amante de los animales.

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