En uno de esos programas de telebasura de Telecinco o de la Sexta, una de las contertulias se defendía de las acusaciones que le hacían los demás porque le gustaban algunas cosas singulares. Ella, poniéndose gallita exclamó: "Ya ves esos ingleses tan raros que se dedican a mirar a los pájaros y son felices". Hacia 1812, según recuerda en su Autobiografía, Charles Darwin, tras la lectura del Selbourne de White, "Me interesó mucho observar las costumbres de los pájaros e incluso tomé notas sobre la cuestión. En mi simpleza, recuerdo que me preguntaba por qué no todos los caballeros se hacían ornitólogos".
"I took much pleasure in watching habits of birds, and even made notes on the subject. In my simplicity I remember wondering why every gentleman did not become an ornitologist".
Hay gente pa tó, en efecto. Pero la observación de pájaros (birdwatching) no hace daño a nadie y nos hace felices a muchos. "¡Va por usté, don Carlos!".
"I took much pleasure in watching habits of birds, and even made notes on the subject. In my simplicity I remember wondering why every gentleman did not become an ornitologist".
Hay gente pa tó, en efecto. Pero la observación de pájaros (birdwatching) no hace daño a nadie y nos hace felices a muchos. "¡Va por usté, don Carlos!".
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