Hoy día 3 de febrero coinciden en el calendario tres efemérides que pueden hacernos reflexionar sobre las relaciones del ser humano con la Naturaleza. Por un lado, en el calendario católico, hoy es San Blas, fecha ligada inseparablemente al refrán popular tradicional español "Por San Blas la cigüeña verás. Y si no la vieres año de nieves". Al otro lado del mundo, en la mítica Catay, se inicia el año del conejo. Y en el Nuevo Mundo, hoy es el día de la marmota. Son tres acontecimientos que aparentemente no tienen nada que ver y, sin embargo, relacionados los tres con animales, a mí me dan pie para una reflexión. El día de San Blas está ligado en la tradición católica al final del invierno. Y ello no sólo porque se suponía que en esa fecha regresaban las cigüeñas después de su invernada en África, como heraldos de la primavera, sino también porque es evidente que el periodo de luz solar del día se ha alargado. Por lo menos dura una hora y media o dos horas más que en el solsticio de invierno. En España el día de San Blas se conmemora con unas rosquillas que se llevan a bendecir a las iglesias. La rosquilla es la mejor expresión del perpetuum mobile; del inicio y del retorno sin solución de continuidad; del continuo fluir de la vida que no se sabe ni por dónde empieza no por dónde acaba. La forma circular y cerrada de las rosquillas es la metáfora perfecta del círculo del año. Ya está pasando una estación y otra la sigue, permanentemente, inmóviles en su movilidad. Como una rosquilla circular, redonda y cerrada. El hombre conoce la Naturaleza, ha vivido en ella y sabe que, inmutablemente, la primavera sucede al invierno, como el verano a la primavera o el otoño al verano. Siempre en un círculo cerrado. Eso representa la rosquilla, y la cigüeña promete la nueva estación. En China el año del conejo empieza hoy. Los animales se adjudican a los años de una forma aleatoria de acuerdo a técnicas cabalísticas de más de cinco mil años de antigüedad. Cada año se desarrollará de acuerdo a alguna de las características simbólicas y emblemáticas del animal que le ha correspondido. Así al periodo que va del 3 de febrero del 2011 hasta el 22 de enero del 2012 le ha correspondido como animal totémico, el conejo. Según Che Tsung-ming, del templo Longshan, de Taipei, este año estará regido por las características del conejo: "habrá una mayor tranquilidad (acabamos de salir del año del tigre tempestuoso), y aunque no se eliminarán totalmente los conflictos, guerras y problemas acuciantes de la humanidad, la serenidad será mayor". Para la gente nacida bajo los demás signos, dentro de esa característica de mayor tranquilidad, seran fechas propicias para el amor (¿será por lo rápida y abundante de la coyunda conejil?) y las nuevas tecnologías (de hecho al conejo, este año lo han adjetivado como "de metal"). En Norteamérica, la marmota Phil, en Punxsutawney, Pennsylvania, se ha despertado, ha salido de la madriguera, y como no ha visto su sombra, se ha dedicado tranquilamente a triscar, lo que parece ser es promesa de que el invierno terminará pronto. Desde tiempo inmemorial, los aldeanos europeos, de los que deriva esta fiesta, analizaban los comportamientos de los animales que habían pasado el invierno encerrados para descubrir indicaciones útiles sobre el inmediato porvenir. Bien, por supuesto, no me interesa la fiabilidad de ninguno de los tres métodos adivinatorios. Supongo que serán estadísticamente irrelevantes y que lo mismo puede suceder que no suceder. El hecho es que las cigüeñas ya no se van para todo el invierno, algunas no se mueven de Europa, otras aparecen de vuelta en octubre, cuando aún ni ha empezado el invierno... El conejo, además de la tranquilidad, es también brutal con los congéneres débiles y los machos matan a patadas (las mismas patadas de "Tambor", el conejillo de Bambi...) al macho débil introducido en sus bandas. Ahora bien, con que se acabae la guerra de Afganistán, el porcentaje de pacificación universal que se producirá, será muy alto. Y qué decir de la marmota. Se dice que si el día está nublado y la marmota "no ve su sombra" cree que han llegado las nubes de primavera y se pone como loca a devorar hierba para compensar la pérdida producida por su metabolismo durante la hibernación. No creo que haya nada de serio en todo ello, pero lo que me parece a mí es que el buscar en los animales signos premonitorios presupone un gran conocimiento de la etología y biología de esos animales. Se acierte o no, generaciones y generaciones de seres humanos han observado la conducta animal y han tomado buena nota de ella. La relación del ser humano con los animales sigue presente como muestran estas festividades que se siguen celebrando. La tradición se ha perpetuado. Para mí que el ser humano no está demasiado lejos de la Naturaleza. Por mucho que lo intente ocultar con nuevas tecnologías y termómetros y barómetros nucleares, en cuanto se descuida surgen los atavismos que lo ligan a la Tierra. Tengo la impresión de que esa proximidad del hombre a la tierra podría ser utilizada para superar el paradigma que ve en la naturaleza únicamente una fuente de recursos, por otro paradigma que nos vea a los humanos como unas humildes piezas y engranajes más, en el gran rompecabezas del medio natural. Ello, además, en las cuatro esquinas del mundo. La humanidad es una, luego todos somos humanos. Ainsi soi t'il.
jueves, 3 de febrero de 2011
¿Tan lejos estamos de la Naturaleza? San Blas, la cigüeña y el conejo.
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Estupenda reflexión sobre el hombre, el tiempo del hombre, y los tiempos de la naturaleza.
ResponderEliminarCuàndo seremos capaces de acompasarlos!!!!