El buitre leonado, la más popular y abundante de las carroñeras ibéricas, recibe el nombre científico de Gyps fulvus. Como todos los nombres científicos, desde que los sistematizara el científico sueco Linneo, está compuesto de dos palabras. La primera, siempre escrita con mayúscula, es el género. La segunda, siempre con minúscula, nombra la especie. Los animales y las plantas no saben que se llaman así. Ni tan siquiera se han llamado siempre así. Los seres vivos se llaman así, porque las personas dedicadas a la Ciencia les han puesto ese nombre, buscando facilitar su identificación. Y buscando, sobre todo, que cualquier científico, en cualquier lugar del mundo, sepa de qué especie hablamos cuando nombramos científicamente a ese animal o planta. Los nombres comunes no sirven para este deseo, pues en cada país, en cada pueblo del mundo mundial, las personas dan nombres "populares" a los diferentes seres vivos con los que conviven. Para inventar sus nombres, las personas de Ciencia utilizan el griego y el latín, lenguas en las que, durante cientos de años, se han escrito los libros de Ciencias (de hecho Linneo firmaba sus obras como Carolus Linneus). Con palabras de esos idiomas mezcladas, y en latín y griego "macarrónicos" (hoy ya no quedan apenas científicos que sepan latín y griego correctamente) nombran características reseñables de esos seres vivos como el color, la forma, el parecido, sus costumbres. O los relacionan con la mitología griega, los dioses latinos, etc. Gyps viene del griego gups que significa buitre. Gups, a su vez, viene de guros que significa curvo, redondeado. Los griegos utilizaban esta palabra para designar al grifón, animal mítico compuesto de cuerpo de león, y alas y cabeza de águila. Grups, del que deriva guros, significaba redondeado con el sentido de afilado en referencia no a las garras, sino al pico, afilado y formidable. En griego clásico, buitre se decía gups, palabra muy próxima a grups, que tenía también el sentido de ave que se puede utilizar para predecir el porvenir. Por lo tanto el Gyps científico procede de la familia semántica griega gups o grups y lo mismo puede hacer referencia al pico temible como a ave de buen agüero.
En la civilización greco-latina, el buitre era ave adivinatoria consagrada al dios Apolo. Los presagios y los augurios se derivaban de los caractéres de su vuelo. De esta manera, para la fundación mítica de Roma, cuentan que Rómula y Remo utilizaron los buenos presagios producidos por el vuelo de los buitres. Remo, situado sobre la colina del Palatino vió pasar seis buitres, mientras que Rómulo, situado sobre el monte Aventino, vió pasar doce. Por lo tanto Roma fue edificada allí en donde los presagios se mostraron más favorables: sobre el Aventino. La verdad es que ahora Roma ocupa el Aventino, el Palatino, el Quirinal y todos los montes o colinas que rodean Roma y no parece que nadie haya hecho mucho caso de los presagios, buenos o malos, de las nuevas ubicaciones. Y todo va bien, o no, pero no depende de los buitres sino de Berlusconi.
En el imaginario cristiano recogido en los bestiarios medievales, el buitre se reproducía sin cópula. Esta facultad, tan virtuosa a los ojos de los autores medievales, tan desconfiados en todo lo relacionado con la sexualidad, junto al hecho de que a pesar de alimentarse de cadáveres se mantenía siempre limpio, le semejaba ¡a Cristo! (estos santos medievales estaban todos locos. Como ya se sabe la abstinencia sexual y la religión llevan a la locura), cuyo nacimiento también estuvo exento de coyunda carnal. Pero, contradictoriamente, otros autores situan al buitre como un pecador, precisamente por sus hábitos alimentarios, que les suscitaban repulsión.
Fulvus es palabra tomada por los científicos del latín. En latín fulvus significa "del color del león".
El castellano tomó este significado directamente para definir el nombre "oficial" de esta especie de buitre, y por ello se le denomina buitre leonado.
En la civilización greco-latina, el buitre era ave adivinatoria consagrada al dios Apolo. Los presagios y los augurios se derivaban de los caractéres de su vuelo. De esta manera, para la fundación mítica de Roma, cuentan que Rómula y Remo utilizaron los buenos presagios producidos por el vuelo de los buitres. Remo, situado sobre la colina del Palatino vió pasar seis buitres, mientras que Rómulo, situado sobre el monte Aventino, vió pasar doce. Por lo tanto Roma fue edificada allí en donde los presagios se mostraron más favorables: sobre el Aventino. La verdad es que ahora Roma ocupa el Aventino, el Palatino, el Quirinal y todos los montes o colinas que rodean Roma y no parece que nadie haya hecho mucho caso de los presagios, buenos o malos, de las nuevas ubicaciones. Y todo va bien, o no, pero no depende de los buitres sino de Berlusconi.
En el imaginario cristiano recogido en los bestiarios medievales, el buitre se reproducía sin cópula. Esta facultad, tan virtuosa a los ojos de los autores medievales, tan desconfiados en todo lo relacionado con la sexualidad, junto al hecho de que a pesar de alimentarse de cadáveres se mantenía siempre limpio, le semejaba ¡a Cristo! (estos santos medievales estaban todos locos. Como ya se sabe la abstinencia sexual y la religión llevan a la locura), cuyo nacimiento también estuvo exento de coyunda carnal. Pero, contradictoriamente, otros autores situan al buitre como un pecador, precisamente por sus hábitos alimentarios, que les suscitaban repulsión.
Fulvus es palabra tomada por los científicos del latín. En latín fulvus significa "del color del león".
El castellano tomó este significado directamente para definir el nombre "oficial" de esta especie de buitre, y por ello se le denomina buitre leonado.
El peculiar córvido al que oficialmente en castellano se denomina graja, ha sido denominado Corvus frugileus por las personas de Ciencia. Escasísimo en España, únicamente lo podemos encontrar en la ciudad de León y alrededores. En esta zona parece que podemos contar con unas 1.800-1.600 parejas. Si bien alguna vez, aparece algún ejemplar o pequeña bandada en la localidad riojana de Casalarreina. Es córvido relativamente abundante en centroeuropa e islas británicas. ¿Por qué en España sólo se da en León? Hay varias teorías sobre ello, pero nada que podamos decir con más o menos certeza.
El nombre genérico Corvus, los científicos lo han tomado directramente del latín. En latín Corvus era la palabra utilizada para significar cuervo. El específico frugileus viene del latín, en donde significa "el que recoge granos". Esta costumbre del ave no había pasado desapercibida tampoco para los antiguos griegos. El nombre griego de esta ave era spermologos, que quería decir "el que picotea los granos esparcidos".
El nombre castellano graja, procede del latín Gracula, que significa charlatán. En Hispanoamérica, la palabra graja está relacionada a una idea de olor nauseabundo. Una mezcla de olor de sudor, producido tanto por animales como por plantas. En otros países (Francia, Portugal), sus nombres oficiales hacen referencia a la cabeza calva que tiene. En fin, un ave sospechosa.
Es sabido que en muchos lugares de España, a la corneja (Corvus corone) popularmente se la denomina "grajo" (que no es el macho de la graja, sino el masculino). En el sentir popular, el vuelo de esta ave también es susceptible de ser utilizado para hacer presagios. Siguiendo esta virtud, está el refrán "Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo". El colmo del frío, para el que no hacen falta presagios pues lo tenemos ya encima, es cuando el grajo ni vuela.
Pregunta: ¿De qué época data la palabra gups o grups para designar al buitre? ¿Dónde puedo encontrar más información relativa a eso?
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