Hoy 14 de mayo hace 5º de temperatura. Ha nevado en los alrededores de Vitoria y en la ciudad ha estado toda la noche lloviendo. Desde el día 1 de mayo no ha parado de llover excepto contados momentos. Ello está teniendo consecuencias preocupantes para las aves en la provincia de Álava. Desde hace diez días el termómetro se mueve poco, entre 5 y 10 grados. En consecuencia apenas hay dípteros. Ya he comentado la mortalidad de pollos de garza real (Ardea cinerea) con la que nos encontramos en la colonia de los 34 nidos. Ayer se hablaba de una significativa mortandad de golondrinas (Hirundo rustica). Tampoco los gorriones (Passer domesticus), ya emparejados y criando, encuentran los insectos que necesitan para alimentar a los pollos. Ruiseñores (Luscinia megarhynchos), pardillos (Carduelis cannabina), herrerillos (Parus caeruleus), lavanderas (Motacilla alba), etc. buscan, empapados de agua, insectos durante más de catorce horas al día. No se está haciendo ningún estudio sobre esto, pero da la impresión de que las condiciones meteorológicas están provocando este año una mortandad de parejas reproductoras que tendrá resultados significativos sobre las especies aquí. En el año 1997 se publicaba en el número 19 de la revista científica Malimbus un paper sobre la mortandad de aviones zapadores (Riparia riparia) en el Parque Nacional de las Aves del Djoudj (Senegal). Durante ocho días soplaron vientos fuertes que impidieron a los aviones zapadores alimentarse. Realizadas las mediciones de grasa y peso en aves capturadas mediante redes e individualizadas, así como en cadáveres recientes, se constató que el umbral letal de la pérdida ponderal generada por la inanición se situaba en el 40% de pérdida de peso respecto al peso medio de la especie. El peso medio de la especie allí era del 11'32 gr (más menos 0'85 gr) y los aviones zapadores no sobrevivían cuando tenían una pérdida del 40% o mayor. Es decir, cuando pesaban sólo alrededor del 60% del peso medio (7-8 gr) morían. El peso medio aproximado de la golondrina aquí y en este momento es de 17 gr. Eso significa que, si se diera el mismo umbral letal, las golondrinas morirían cuando su peso bajase hasta los 10 gr. Estaría bien hacer este mismo estudio aquí y ahora para intentar cuantificar los umbrales de la mortalidad de golodrinas que se manifiesta por recogidas diarias de pequeños cadáveres, pero parece que no es posible de momento. Corren malos tiempos para la lírica.
viernes, 14 de mayo de 2010
Mortalidad de golondrinas debida a las condiciones meteorológicas.
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