Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Luis García Garrido, encantador de voluntarios.

Zampullín cuellinegro macho.

Hay una personalidad en Doñana absolutamente emblemática. Incorporado a la Estación Biológica de Doñana desde su fundación, Luis García Garrido conoció a Jose Antonio Valverde y es el heredero de la tradición de los naturalistas de campo andaluces. Es una personalidad única, de la que podríamos escribir mucho pero hoy voy a limitarme a comentar un aspecto que me resulta sorprendente. Todos los viernes del año, cincuenta y dos, Luis y sus colaboradores organizan una jornada de anillamiento de zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) en las marismas del Odiel, junto a Huelva. Todos los viernes del año, Luis y sus colaboradores reunen a un equipo de entre veinte y treinta personas para conseguir arrinconar y anillar al mayor número posible de zampullines cuellinegros. Parece mentira que al llamamiento para anillar zampullines, todos los viernes respondan altruistamente treinta personas. ¿Cuál es la causa de esta capacidad inigualable de convocatoria? Se lo pregunté a Luis personalmente el día 17 de septiembre de este año, viernes en el que tuve la suerte de que me invitara a participar (por cierto fue una experiencia única, muy estimulante). Me contestó señalándome a todos ellos sentados alrededor de una mesa, tomando cervezas, sin comer, a las cinco de la tarde, en un bar junto al monumento a Colón en Huelva, me dijo: "Apoyándoles mucho. Que tengan momentos como éste". Tengo la impresión de que eso, con ser mucho, no es suficiente. Para mí que, además le admiran. Es un sabio. Es uno de los mejores ornitólogos de España, experto europeo en muchas aves. El misterio quizás reside en que se lo pasan bien, pero, sobre todo, en que le admiran. Si no no tiene explicación el que todos los viernes del año treinta personas adultas se metan en las salobres aguas de las marismas del Odiel a pastorear zampullines. Si no no sería posible encontrar cada viernes treinta personas disponibles. Van con él encantados, se alinean como en un santuario.

2 comentarios:

  1. Conocer a Luis aunque sea un viernes, te cambia la vida!!!

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  2. Sí, pero no sé sabe en qué sentido.

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