Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 29 de enero de 2010

El factor humano III

Los naturalistas no podemos limitarnos a actuar de notarios levantando acta de la pérdida de biodiversidad. El Parque de las Aves de Djoudj en Senegal es el tercer lugar del mundo en importancia para las aves. Hay allí más de tres millones de aves grandes (pelicaniformes, anátidas, ardeidas, cormoranes, moritos, águilas pescadoras...). A ellos se une una cantidad enorme, e incalculable por el momento, pero de varios millones de paseriformes procedentes de Europa que pasan allí nuestro invierno. Es una zona de enorme importancia para Europa. Está aquí mismo. Pero está muy abandonada.
Si no se mantienen las condiciones del Parque puede estropearse una zona "hot point" de l avifauna europea y mundial. Para evitarlo lo que hay que hacer es cooperar para mejorar las condiciones de vida de las personas que allí viven y que encuentren en la gestión del Parque todo lo que necesiten para vivir. Si no, puede llegarse a recortar su superficie, gestionar inadecuadamente el agua, industrializar la agricultura,... No basta con ser notarios, es preciso cooperar en su mejora. Pasar de las palabras a la acción.

miércoles, 27 de enero de 2010

Escenas africanas IV

La entrada en Dakar a las siete de la tarde de un sábado de enero es absolutamente espectacular. Una única carretera, de cuatro carriles, tiene que absorber miles de vehículos en seis o siete filas paralelas. Los vehículos apenas avanzan. Aprovechando que van despacio, cientos de vendedores ofrecen tarjetas de móvil, mandarinas, paquetes de cacahuetes, metiéndolos literalmente por las ventanillas. Santones y grupos de acólitos lanzan letanías a los vehículos más rezagados. De sus cuellos cuelgan fotografías de su dios o sus profetas. Todos los camiones y autobuses llevan en sus ventanillas invocaciones a santos y fotografías de morabitos, santones y hombres de dios. Algún pobre simplemente pide limosna. Un despistado intenta vender loritos de colores. Ambas aceras y la mediana están literalmente invadidas de gente haciendo sus "bissnes". El cielo ofrece un color cárdeno. Toda la escena está presidida por millares de milanos negros que recortan sus siluetas en el cielo sombrío. Centenares de milanos están volando, otros cuantos centenares ocupan gallures de los tejados, árboles, torres de antenas. Parece que no existe otra ave. Hay miles. Se diría que todos los milanos que pasan el verano en Europa se concentran aquí a pasar nuestro invierno, pero no, estos osn de otra especie son Milvus parasitus. El espectáculo es gigantesco. Entre ellos aparece algún cuervo pío y dos o tres buitres. Seguramente todos ellos vuelan sobre vertederos. A la izquerda, en la línea de las playas, sobre la línea anaranjada de cielo que ha dejado el sol recién desaparecido, se ven todavía algunas docenas más de milanos. Puede que haya varios miles. Cae la noche y dejan de verse las aves mientras la muchedumbre, de la que sólo se ven sus ropas de colorido brillante, sigue afanándose en sus ventas. Entramos en Dakar de noche cerrada.

martes, 26 de enero de 2010

El factor humano II

En una expedición la convivencia es forzada y pasamos, todos los miembros de la expedición, prácticamente, 24 horas juntos. Nos levantamos, vamos al baño, desayunamos, nos trasladamos al trabajo, trabajamos, descansamos, comemos, etc. siempre juntos. Sólo al dormir cada uno se aisla en su propio mundo interior. Incluso algunos duermen en habitaciones compartidas. Así que roncan juntos. Esta convivencia tan intensa, en la que apenas queda una parcela para la intimidad, puede ser causa de roces y malosentendidos. En nuestro caso además se unían a ella otros dos factores que podían generar fricción. El grupo estaba formado por dos equipos de anilladores cuyos componentes habían trabajado juntos, pero que nunca habían convivido ni trabajado con los del otro equipo. En segundo lugar las diferencias de edad eran importantes pues junto a personas de más de 55 años había personas de 23. Estas diferencias de edad son importantes porque suelen suponer diferencias de sentido del humor, de claves de la vida, de percepciones en las interrelaciones, de expectativas, de ilusión, etc. En efecto hemos tenido algunos momentos de tensión. Una de los componentes lo ha pasado mal a ratos y aunque el resto de su equipo la hemos arropado, éstas son claves que se han de tener en cuenta en sucesivas expediciones. El factor humano, una vez más, es el factor crucial del éxito o el fracaso de una expedición. Nosotros, afortunadamene hemos podido solventar la crisis con sentido común y suavizando las discrepancias. El resto lo ha hecho la ilusión que todos teníamos.

Escenas africanas III

Son las ocho de la mañana. El sol alumbra ya desde hace un rato y frente al embarcadero de las piraguas los pelícanos, las jacanas africanas, los cormoranes y todo tipo de ardeidas se afanan intensamente en cebarse para el largo día. Los pelícanos realizan sus actuaciones de pesca cooperativa, sumergen sus cabezas rítimicamente y enseñan sus traseros a los pocos visitantes que nos preparamos para embarcar. Los cormoranes se sumergen enteros una y otra vez mientras algunos extienden sus alas a los primeros rayos del sol para secárselas. El viento es muy suave y trae olor a flores.
A la derecha una garceta dimorfa llama nuestra atención. Al fondo divisamos una cigüeña negra. El río bulle de vida. A la izquierda un grupo de espátulas europeas filtra nerviosamente el agua, con ellas una espátula africana de frente y patas rojas. De pronto algo llama nuestra atención hacia las patas de las espátulas. ¡Están todas anilladas! Una lleva anilla de plástico con letras y números, otra lleva tres arandelas de colores en la pata derecha y dos anillas en la izquierda. La de más allá lleva en la pata izquierda una arandela con letras y números y en la derecha otras tres arandelas de colores... La magia de lo natural se rompe en mil pedazos. El África salvaje está clasificada y ordenada como los estantes de un supermercado. No sé si me gusta.

El factor humano I

La gente que vive en el Parque Nacional de los pájaros de Djoudj así como en la zona de protección y zonas tampón se gana la vida mediante la pesca, la ganadería, una agricultura de subsistencia y, cada vez más gente, con los pequeños negocios que ha generado el propio Parque. Hay un pequeño hotel de una cooperativa, paseos en piragua organizados por el hotel y por los habitantes de un poblado cercano, guías, guardas, pequeñas tiendas de artesanía y poca cosa más. En el poblado hay una pequeña tienda que vende alimentos, agua, etc. a los visitantes. Sin embargo, inmensas excavadoras están todo el día reforzando diques, arrasando espacios de carrizal, rellenando brazos del río. ¿Para qué todo esta obra pública? Mucho nos tememos que la idea de desarrollar una gran agricultura intensiva de arroz y caña de azúcar esté detrás de estas actuaciones. Pero esa agricultura industrial presenta dos graves inconvenientes. Por una lado requiere de grandes capitales, lo que dejará fuera de juego a todos los habitantes de la zona y por el otro disminuirá aún más la superficie del Parque dedicada a la vida salvaje y a las aves. La vida de los habitantes del Parque pasa porque las actividades generadas por éste supongan una inyección de ingresos que eleve la renta de la zona. La Naturaleza sólo será respetada y podrá mantenerse si los habitantes locales pueden encontrar en ella su sustento y una vida digna. La mejora de lavida de los animales y la biodiversidad requiere que las condiciones de vida de las personas mejoren. Por eso es tan importante desplazarse a zonas de interés naturalístico, para dejar allí algunos de los recursos económicos generados en el Norte rico.

lunes, 25 de enero de 2010

Escenas africanas II.

A lo lejos revolotean miles de aviones zapadores realizando las últimas presas del día. Sobre nuestras cabezas y alrededor, miles de Ploceus melanocephalus en grandes masas, como globos de aves (decenas como las grandes masas flexibles de los estorninos pintos), atraviesan el cielo como nubes oscuras. No hay nada más a nuestro alrededor. Desde el techo del vehículo que utilizamos, escudriñamos las incipientes sombras para intentar adivinar la ubicación de los dormideros. De pronto las nubes de aviones zapadores abandonan el vuelo quebrado de caza y cogen un vuelo tenso y recto hacia los dormideros. Cruzan sobre nuestras cabezas y se pierden en las cinco mil hectáreas de carrizal. Los mosquitos sobrevivientes a sus cacerías se avalanzan sobre nosotros e intentan chuparnos la sangre. Comienza el sonido de la noche. En el carrizal se oyen los melancólicos reclamos de las tórtolas Oena capensis. El aire está caliente y huele a vegetación verde. La paz cae sobre la tierra junto con el crepúsculo. El sol, sobre los carrizales, se tiñe de oro y despedimos un día más en el África subsahariana. Pronto nos envuelve la noche y a lo lejos oímos los aullidos de los chacales. Nos retiramos para encontrarnos con el rsto del equipo. Nos devanamos los sesos para descubrir un medio que permita que capturemos algunos cientos de esos miles de aviones zapadores, sin sufrir la entrada de los Ploceus, que se han convertido, dese el primer día, en un serio inconveniente, pues cuando cae un bando en la red debemos dedicar más de tres y cuatro horas a liberarlos y anillarlos. La noche huele a leña ardiendo y a río. Vuelan como fantasmas los chotacabras y un pequeño bando de Chlidonias niger (fumarel común) vuela hacia sus dormideros.

Anillando en las fronteras del Sahara II.

Entre las aves estrictamente africanas (aunque algunas de ellas aparecen de vez en cuando en las listas de exóticas que aparecen publicadas en España) que han caído en nuestras redes y hemos anillado destaca sin lugar a dudas el Ploceus melanochephalus. Ave fortísima del tamaño de un gorrión de la que vemos cientos de bandos de miles de ejemplares cada uno tanto al amanecer como al atardecer atravesando los brazos del río hacia los dormideros. Además anillamos Cisticola natalensis, Cisticola galactotes, Cisticola juncidis, Euplectes africanus, Passer luteus, Euplectes franciscanus y Euplectes afer, dos aves extraordinariamente fuertes, granívoras. Tanto éstos como los insectívoros transaharianos aparecen aquí como saludables y en muy buen estado físico. También capturamos y anillamos unos pajarillos preciosos (los denominamos los "micro machines") mucho más delicados, como el Martín pecador malaquita Alcedo cristata, la Strilda troglodytes o la Amandava subflava. Hemos aprendido mucho y podemos decir que siempre, siempre, el bienestar de las aves ha estado por encima de nuestra compulsión a anillar.

Anillando en los confines del Sahara.

Aquí están Andrea y Gorka, Jefe de la Expedición, anillando los primeros ejemplares de una de las mañanas. El tiempo es todavía fresco. La mesa está ordenada. En apenas media hora el sol saldrá, empezará a soplar el viento del desierto y la temperatura subirá hasta los 37º. Entonces emprenderemos una carrera contra el reloj para sacar todas las aves de las redes y anillarlas antes de que el calor las haga a ellas y a nosotros desfallecer. Para las 11 todo habrá terminado. La mesa estará completamente desordenada, los cuerpos cubiertos de polvo rojizo fino como la harina, las manos pegajosas. Habremos anillado alrededor de 100 pájaros y nos retiraremos a descansar. Al atardecer volveremos otra vez. Fantástico.

Escenas africanas I.

Hacia las seis de la tarde preparábamos las redes para los paseriformes, cuando las quitábamos, al caer la noche, después de anillar varias docenas de insectívoros y otros, montábamos redes para limícolas, ya que uno de los del grupo es un gran experto en ellas. Las dejábamos colocadas pero cerradas hasta que volvíamos allí después de cenar. Entonces las abríamos y, lentamente, casi sin ninguna luz, nos alejábamos de las redes hasta los confines de alguna charca próxima. La oscuridad era absoluta pues sólo una línea de luz pálida señalaba el lugar que la luna ocupaba en el cielo. Las estrellas blanquean la bóveda nocturna, el ruido de las llamadas de aves medio dormidas se une a un concierto infinito de insectos. A lo lejos se oyen las llamadas de hienas y chacales. Al llegar al confín de la laguna encendemos los frontales y empezamos a avanzar hacia las redes haciendo ruido, pero el barro nos atenaza las botas y la progresión es muy lenta. En el centro de la laguna el agua nos cubre justo por encima de las botas, se llenan de agua y el avance es muy penoso. Hace calor, estamos solos. A unos trescientos metros a cada lado vemos cómo empiezan a destellar los frontales de otros compañeros. Sabemos que en el agua hay cocodrilos, porque los hemos visto de día. La noche sobrecoge. Poco a poco seguimos avanzando. Nos reunimos junto a las redes. Allí está atrapado un murciélago, un chorlitejo y alguna otra limícola. El resultado es magro. hay que volver a cruzar, ahora desde el otro lado. La noche sigue crepitando con mil ruidos diferentes, nos perdemos en la oscuridad escuchando anhelantes por si distinguimos el chapoteo del cocodrilo. Terminamos la batida y no ha pasado nada. Anillamos otro par de aves más. La noche se hace clara a la luz de las estrellas. Fuá, ¡qué emocionante puede llegar a ser esto de la ornitología!

domingo, 24 de enero de 2010

¡Ya estoy aquí de nuevo!

Esta mañana, después de un viaje de más de 24 horas, he vuelto a Vitoria. Salimos ayer sábado a las 10 y media de la mañana de la Estación Biológica del Parque Nacional de los pájaros de Djoudj. Llegamos a Dakar a las 7 de la tarde. De allí salimos a las 23:20 rumbo a Madrid, después a Bilbao y, por fin, a Vitoria a donde he llegado a las 11 de esta mañana.




Hemos estado instalados en la Estación Biológica del Parque. Un edificio pintoresco pero de instalaciones indescriptibles. Con un personal encantador.


La experiencia ha sido espectacular. En la foto podéis ver a parte del equipo preparado para instalar las redes. En la primera fotografía podéis ver a dos del equipo anillando.
Como recordaréis, el objetivo de la Expedición era anillar aviones zapadores (Riparia riparia) para intentar confirmar sobre el terreno cómo son las rutas de los que pasan el verano en el norte de España. Sin embargo, una vez allí hemos capturado además de aviones bastante cantidad de otros paseriformes transaharianos como el carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus), mosquitero común (Phylloscopus collybita) o mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus). Además hemos recuperado aves anilladas en Inglaterra, Alemania, Francia y un remite del Icona. En consecuencia hemos abierto el objetivo de la investigación y vamos a incluir otros paseriformes además del avión zapador. Por ello, una vez estudiados los datos de esta Primera Expedición, lo más probable es que realicemos otra, titulada esta vez de "Invernada de Passeriformes Transaharianos" que puede ser en diciembre de este año.

Además hemos visto ejemplares de decenas de especies africanas, hemos anillado algunos, hemos hecho alguna excursión en piragua para ver aves en los meandros de uno de los canales del río, etc. Ya os contaré un poco de todo.

miércoles, 13 de enero de 2010

I Expedición invernada avión zapador (Riparia riparia)

Ayer tuvimos la reunión final. Todo está preparado para la salida el próximo sábado día 16 desde Bilbao rumbo a Djoudj (República del Senegal). De momento a preparar las maletas, los palos, las redes, el botiquín, la ropa (parece que hace entre 27º y 37º, justo como Vitoria en donde esta noche ha hecho 4 bajo cero), el telescopio, los prismáticos, el traje de baño, vacunas, pasaporte, seguros, mosquiteras, etc. ¿Todavía es posible hacer expediciones científicas internacionales privadas en el siglo XXI? Por supuesto; cada excursión que hacemos al monte, a un río, a unas marismas para ver pájaros o hacer un censo es una expedición. Pero esto de Senegal me parece un poquito más complejo. Pero había muchas ganas. En cuanto nos pusimos a organizarla nos apuntamos ocho personas (que es el máximo que podemos ir en esta ocasión). ¡Todo en marcha!

Radiografías de egagrópilas de lechuza.

Tyto alba.

Autora: Judith Aydillo.


Un hecho bastante más importante es que mi amor por la naturaleza ha sido siempre constante y ardiente. Darwin

Cuando nos preguntamos si detrás de nosotros vendrá gente joven que se haga anilladora o, simplemente, se comprometa de alguna forma en el estudio y en la protección del medio ambiente, analizamos dentro de nosotros para intentar recordar el momento en el que decidimos que nuestrs vocación era la Naturaleza, su estudio, su protección, los animales, ... Yo soy de la generación educada por Félix Rodríguez de la Fuente, pero desde que tengo uso de razón siempre he sentido dentro de mí un impulso a concer a fondo los animales, a protegerlos. A conocer la Naturaleza, a hacerla mía. Sin duda Rodríguez de la Fuente me animó, pero otros muchos millones de personas también veían sus programas y no conmovieron a todos. Hay algo, en algunas personas, algo dentro, una especie de impulso interior que te hace entregarte total y apasionadamente a la Naturaleza... En esas personas está nuestro relevo. Yo creo que lo saben desde que tienen uso de razón. Es algo indefinible pero que se hace patente cada vez que vemos un animal, cada vez que vemos que alguien hace daño a un perro, cada vez que vemos la grandiosidad de un ave. ¿Será la vocación?

martes, 12 de enero de 2010

Esta tarde tenemos la reunión preparatoria final del viaje de anillamiento a Senegal. Nos han dicho que en el Parque Nacional de Djoudj, en cuya Estación Biológica vamos a hospedarnos y que es el lugar en el que vamos a instalar las redes, hay más de tres millones de aves de 400 especies diferentes. No sólo estan invernando allí los aviones zapadores que buscamos para anillar, sino también más de 10.000 parejas de carricerín cejudo, de las 15.000 que se calcula hay en el mundo. Espero que no caiga ninguno en nuestras redes, mira que si cae y se lesiona o muere. Lo de anillar requiere muchísimo cuidado y respeto por las aves. No me extraña que suponga un aprendizaje tan largo. Yo llevo más de un año iniciándome específicamente en el anillamiento científico y me faltan por lo menos otros dos años para poder presentarme a examen.

domingo, 10 de enero de 2010

Quería añadir media docena de fotos más sobre el campo hoy, pero es imposible a la velocidad tan lenta que va. Ya lo intentaré de otra manera.

Cómo estaba el campo hoy.



Puff, no me acordaba ya lo cansado que es andar sobre nieve virgen. Menuda paliza. Había más de 30 cms. de nieve. Pero el monte estaba precioso. Como ha dicho mi mujer "el Bosque Encantado estaba mágico". Muy pocos pájaros a la vista. Alguna corneja, mirlos y urracas. En las zonas urbanas próximas, aprovechando zonas libres de nieve, hemos visto una cogujada, lavanderas, gorriones y un pinzón entre las ramas de un árbol El sol sigue brillando en todo lo alto pero el termómetro no ha subido más que hasta los menos 2.
Por fin, hoy ha salido un día radiante. Frío (más de seis grados bajo cero) pero con un sol brillante en un cielo totalmente despejado; así que nos vamos mi mujer y yo a pajarear. A la vuelta os relacionaré lo que hemos visto.

Creo que hay quien es contrario a estas cosas, pero a pesar de todo, he barrido la nieve de las terrazas de mi casa y las he cubierto de comida para canarios y hámsters (algún día os hablaré de Merlín, Estrella y Luna). Ya están por ahí los mirlos, gorriones, colirrojos, lavanderas y petirrojos (con algunos asaltos de urracas y estorninos pintos). En un desierto blanco como son ahora los campos que nos rodean, los paseriformes han sabido encontrar la comida que les he puesto. No puedo evitarlo ¿es eso intervenir en las relaciones ecológicas?¿alterar la selección naturala? Supongo que sí, pero, al fin y al cabo, la Evolución ha dotado al ser humano de empatía y compasión. Será para utilizarlas de vez en cuando. Ahora los pajarillos semiurbanos lo están pasando mal, me parece.

Último día de vacaciones.

Mi amigo pudo salir de Teruel poco antes de que las nevadas y el hielo cerraran las carreteras de la sierra en la que él estaba. Tardó seis horas en el tramo que suele hacer en tres, pero llegó a Vitoria sano y salvo. En febrero volverá para finalizar el censo de invernantes que estaba haciendo. Con un poco de suerte, en esas fechas, podré acompañarle. Ya os contaré. No podrá volver hasta febrero porque la próxima semana ¡nos vamos a Senegal a anillar aviones zapadores (Riparaia riparia)! En la provincia de Álava hay un Plan de Gestión del avión zapador (más o menos lo que en otros lugares se llama Plan de Recuperación), así que la Asociación Conservacionista "Txolarrea" y otros compañeros nos vamos por nuestros medios a colaborar en ese Plan estudiando las poblaciones en su zona de invernada. Vamos al Parque de las Aves de Djoudj, en el Delta del río Senegal. Al norte, en la frontera con Mauritania. Tenemos casi todo organizado, también tenemos los permisos de las autoridades senegalesas. Nos vamos ocho compañer@s. De paso observaremos y anillaremos todas las aves que podamos (dicen que hay más de tres millones de ejemlares de 400 especies). Va a ser espectacular. Llevamos más de 8.000 anillas que nos ha cedido Aranzadi. Espero poder iros informando. Ah, por cierto, cuando digo que vamos por nuestros medios quiero decir que vamos sin que ninguna Administración nos dé ni un euro de subvención o apoyo. Así que fenomenal. Nada debemos así que a nadie nos debemos.

viernes, 8 de enero de 2010

Un día normal.

Estoy de fiesta en casa y, en la calle, nieva con desesperación. Parece un blizzard. Mi mujer está trabajando y no sé cómo habrá conseguido llegar porque no he podido sacar el coche para llevarla por la nieve que había. Tengo un amigo haciendo un censo invernal de alaúdidos en las sierras de Teruel. estoy intentando conectar con él, porque estará como el yeti, pero no me contesta. Pienso que es un mal día para las aves. Sin embargo, cuando pasan estos días de ventiscas, en las zonas húmedas alavesas suele ser posible ver aves traídas hasta aquí por el mal tiempo que, si no fuera por él, no aparecerían tan al sur. ¡Pensar que a algunas aves, este tiempo de perros les parece benigno en comparación con el que hace más al norte!

A vueltas con el blog.

Me dice mi hijo que en sudamérica "pajareando" significa ver pájaros: el Birdwatching anglosajón. Pues fenomenal porque ese era uno de los sentidos que quiero que tenga en esta página.

martes, 5 de enero de 2010

Acabo de abrir este blog y todavía no he escrito nada. Espero irlo llenando de noticias sobre observaciones de aves, espacios naturales, viajes... Todavía es un poco pronto para saber lo que va a dar de sí, pero me he animado a hacerlo viendo algunos blogs de naturalistas que hay por ahí y que son magníficos. Espero acercarme a alguno de ellos.