Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

miércoles, 13 de enero de 2010

Un hecho bastante más importante es que mi amor por la naturaleza ha sido siempre constante y ardiente. Darwin

Cuando nos preguntamos si detrás de nosotros vendrá gente joven que se haga anilladora o, simplemente, se comprometa de alguna forma en el estudio y en la protección del medio ambiente, analizamos dentro de nosotros para intentar recordar el momento en el que decidimos que nuestrs vocación era la Naturaleza, su estudio, su protección, los animales, ... Yo soy de la generación educada por Félix Rodríguez de la Fuente, pero desde que tengo uso de razón siempre he sentido dentro de mí un impulso a concer a fondo los animales, a protegerlos. A conocer la Naturaleza, a hacerla mía. Sin duda Rodríguez de la Fuente me animó, pero otros muchos millones de personas también veían sus programas y no conmovieron a todos. Hay algo, en algunas personas, algo dentro, una especie de impulso interior que te hace entregarte total y apasionadamente a la Naturaleza... En esas personas está nuestro relevo. Yo creo que lo saben desde que tienen uso de razón. Es algo indefinible pero que se hace patente cada vez que vemos un animal, cada vez que vemos que alguien hace daño a un perro, cada vez que vemos la grandiosidad de un ave. ¿Será la vocación?

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