El anticiclón otoñal ha resbalado hacia el noroeste y ha abierto una puerta al este que permite la entrada de vientos del norte. Las temperaturas han bajado. Está lloviendo y hemos entrado, por fin, en el otoño. Los árboles, que permanecían quietos y como deshidratados, han empezado a desprenderse de las hojas y los frutos. Se han puesto amarillos en veinticuatro horas. Como esperábamos la caída es masiva. El anticiclón sigue ahí, por lo que puede volver a resbalar hacia el este y cerrar las puertas al otoño. Todo parece indicar que las cerrará mañana. La lluvia, el viento del oeste y las nubes han alejado a toda la fauna ornítica que se había ido sedimentando en días anteriores. Han desaparecido todas las aves de paso y hoy están solas las residentes. El ave urbana más abundante en estos momentos es la urraca (Pica pica) (pega, picaza, picaraza, burraca, mika, garsa, marica, etc.). No se ve ningún ave más. Me consta que hay palomas comunes, grajillas (Corvus monedula), gorriones (Passer domesticus), estorninos pintos (Sturnus vulgaris) y jilgueros (Carduelis carduelis), pero no se ven hoy. Están fuera o están escondidos. La semana pasada vi a la pareja de cogujadas comunes (Galerida cristata) que se han reproducido en mi barrio con un juvenil. Estaban bebiendo agua en un charco formado por la fuga de una fuente. En los árboles que se asoman a la ventana de la cocina todos los días pasados gorgeaban los jilgueros sus cantos líquidos y se refugiada una numerosa familia de pardillos (Carduelis cannabina). Incluso los carboneros (Parus major) se atrevían a tomar comida a los pies de los transeúntes. Era un magnífico muestrario de fauna urbana residente. Hoy solo quedan las urracas. Muchas, calculo más de cien parejas en la ciudad. Han de suponer una carga depredadora tremenda para los pequeños pajarillos cuando están los huevos recién puestos o las crías en los nidos arbóreos. Pero eso será en primavera.
Para primavera la que se está viviendo en casa de unos amigos. Han tenido dos niños a la vez. Fue el día 30 de septiembre, día de mi cumpleaños. Y del cumpleaños de su abuela. No olvidaremos la fecha. Dos pollicos pequeñicos, en el nido, con su madre. Enhorabuena y ¡¡¡bienvenidos!!! A ver si somos capaces de dejaros un mundo mejor que el que nos acogió hace algunos años.
El anticiclón puede resbalar esta noche hacia el este y bloquear el agujero atmosférico que da paso a los vientos del nordeste y a la lluvia. Y nos vendría bien, porque mañana por la mañana hemos quedado para arrancar la planta alóctona invasora Azolla filiculoides (una de las más agresivas) de unos humedales próximos a la ciudad. La cita es a las 08:30 horas y como esté lloviendo... Pero bueno ¡siempre p'alante! Luego dirán que la ciudad no es un ecosistema. ¡Si está llena de vida! Solo hay que saber mirar. Las estaciones, el anticiclón resbaladizo, las aves urbanas, la vegetación autóctona e invasora... todo ello forma parte de ese gran ecosistema urbano. La Naturaleza está llamando continuamente a la puerta de la ciudad. En cuanto se deja de usar herbicida, las plantas se asoman vivaces por entre las grietas del asfalto. ¡No somos más que campesinos viviendo en un decorado de cartón piedra. Nuestras raíces siguen en la tierra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario