Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El bosque mediterráneo lo salvó la bombona de butano.

El consumo de carbón vegetal para calefacción, hasta los años 60's podemos cifrarlo en unos 120kg./persona y año. Teniendo en cuenta que el peso del carbón vegetal es entre el 16 y el 30% inferior al de la leña, para obtener 120 kg. de carbón vegetal, eran necesarios 276 kg. de leña. Ello hace un consumo de 276 kg. de leña anuales por persona.
Vivían en aquel momento en España 30.590.000 habitantes. Un simple cálculo nos permite calcular que el consumo de leña equivalente era de 8.500 millones de kilos de leña. O lo que es lo mismo de 8.500.000 Toneladas métricas de leña.
Básicamente, la leña se extraía de encinas y robles. Si bien también se hacía carbón vegetal con otras maderas, las de encina y roble eran las más apreciadas por ser el crabón de más alto poder calorífico-. Además del carbón, utilizado especialmente para la calefacción, también se usaba el carbón vegetal para algunos procesos industriales, fabricación de absorbe gases, etc. Es decir, el uso de carbón vegetal formaba parte de la vida cotidiana de nuestros antepasados. Su consumo dió lugar a la existencia del carbonero. Persona encargada de su fabricación y reparto. Para hacer carbón vegetal se aprovechaban especialmente las ramas de los árboles, y arbustos de madera dura. Una vez agotadas las existencias de leña menuda, se talaban los árboles para hacer carbón vegetal desmontando el tronco y reduciéndolo a fragmentos manejables, en un proceso largo, costoso y que precisaba de mucha energía.
¿Cuántos árboles de los que constituyen el bosque mediterráneo (encinas, quejigos, robles, etc.) tuvieron que sucumbir al hacha del leñador y del carbonero para subvenir a las necesidades caloríficas de una población creciente? Es muy difícil de calcular, pero es imaginable que se habrían ido ensanchando hasta liquidar el bosque, los claros creados por los carboneros. Pero en esto apareció la bombona de butano. Manejable, asequible y de gran poder calorífico. Gracias a ella, la cocina de las casas se transformó. Se hicieron más limpias. Las estufas a gas permitieron calentar las casas de una manera cómoda, segura y eficaz.
La entresaca de carbón vegetal quedó reducida a la marginal para su dedicación a las barbacoas. El bosque mediterráneo se salvó, y con él, el águila imperial, y tantas y tantas especies animales de España. La bombona de butano salvó al bosque mediterráneo.

120 kg/persona/año.

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