Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

viernes, 12 de marzo de 2010

Los naturalistas un poco más pobres. Ha muerto Miguel Delibes.

Aunque hay algo más de luz tras de la salida del sol, la muerte de Miguel Delibes nos hace un poco más pobres. Hay muchas cosas que se podrían decir de Miguel Delibes novelista, director de periódico, conferenciante, pero para mí que, cuando queden a flote sólo las cosas en las que era único, quedará su sabiduría de hombre de campo. Alguien decía hoy que dentro de poco habrá que leer a Delibes con un diccionario al lado porque las realidades, aperos, costumbres, labores del campo que cita ya nadie sabe qué eran. No estoy de acuerdo en absoluto. No sólo era un hombre de campo sino que era un hombre de Naturaleza. Sus descripciones del campo castellano, sus esperas, sus aguardos, su descripción del canto de las aves, olían a espliego y tomillo seco, a calor y alondras. Eso creo que nunca desaparecerá. Miguel Delibes era un sabio de la Naturaleza, así, con mayúscula. Animo a los jóvenes aficionados al campo a que se acerquen a sus obras. Sentirán el campo en todo su esplendor vespertino. O a esas albas y amaneceres helados. Ahora se publicarán todos.

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