Han tomado los científicos el nombre científico Upupa epops de los nombres clásicos del pájaro. Los latinos le llamaban upupa, y de ahí se ha tomado el genérico. Los griegos, según el sabio Aristóteles, la llamaban epops, el cual deriva de la onomatopeya épopoï , y de ahí han tomado el específico. Homenaje a los dos idiomas de la Antigüedad clásica; los científicos son como niños. La abubilla es un ave conocida y reconocida desde la antigüedad sin género de dudas. El origen del nombre que los romanos pusieron al ave es una onomatopeya de su canto (hup-pu-pu). La facilidad de hacer la transcripción onomatopéyica del canto, ha servido para que en gran número de lenguas esta ave se denomine casi igual: hoopoe (inglés), hop (holandés), puput (catalán), pupa (portugués), upupa (italiano), pupaza (rumano), pupavac (serbocroata), pupukis (letón), hudhud (persa), hopop (armenio), bubela (gallego), et. En el vascuence moderno, para idear su nombre, se han alejado de la tradición europea y la nombran "argioilar", gallo de la luz o "martiolar", gallo de marzo. Pa' comérselo. Pero no son los únicos. En griego moderno la llaman tsalapetinos, que se deriva de petinos (gallo).
Un ave tan conspicua, tan significada, ha estado muy presente en la vida de las personas cuando vivían más cerca de la Naturaleza. Era un ave, además, que llegaba como heraldo del buen tiempo, del final del invierno. En la tradición árabe, la abubilla era un pájaro mágico, un talismán de buena suerte que protegía del mal de ojo. En el Corán aparece este pájaro como mensajero de buenas nuevas de amor entre Salomón y la reina de Saba. Sin embargo, para los cristianos (que dios confunda), la abubilla era avis spurcisima (el pájaro más inmundo). Es declarada impura, por lo tanto no alimenticia, en el Levítico, al mismo nivel que los buitres, los cuervos, los búhos y las lechuzas, los pelícanos, etc., etc. Esta mala reputación ha pasado a la mayoría de las lenguas europeas, en las que, además de su denominación de origen onomatopeico, hay otra muy expresiva: pájaro de mierda en inglés (Stink bird), en holandés coronada de mierda (schiethoepe), en gallego y portugués gallo "mierdero" (galo merdeiro), en italiano maiamerda, y en alemán comerciante de mierda (dreckkrämer). Quizás todo ello derivado de leyendas más o menos justificadas sobre el mal olor de sus nidos y pollos. Se llega a afirmar que los reboza en excrementos o que los alimenta con sus propios excrementos, además de afirmarse que construye el nido con sacos fecales. Un ave tan conocida y singular tenía que aparecer en la tradición popular. Aparece en el folklore del Magreb, del Oriente Próximo, de Irán, en las montañas del Hoggar en Argelia, etc. No siempre para su bien. En el Magreb, por ejemplo, los jóvenes han de devorar su corazón para que se les despierte el gusto por los estudios religiosos. Además, obtendrán gran éxito en los mismos si utilizan un ala seca del pájaro como marcapáginas. Su pico sirve para escribir fórmulas mágicas y su cerebro es ingrediente principal para preparar ungüentos y filtros mágicos (elixir de amor). El castellano abubilla puede proceder del latín upupella, que querría significar pequeña coronada. No sé si es mejor ser un ave despreciada y ser declarado inmundo, porque al fin y al cabo te dejan en paz, a ser venerada y que te hagan trocitos para escribir con tu pico y comerte el corazón y cerebro. ¿Por qué los seres humanos no preferirán hacer sus experimentos, ungüentos, filtros y maleficios con uñas, dientes y hasta ojos y orines humanos, antes que con trozos de ave o sapos y ranas? ¡Es que dan más por saco que ni sé!
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