Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 14 de febrero de 2011

Premio a la constancia. Las cigüeñas blancas recuperan pacíficamente la torre de la iglesia de San Vicente.

Hace unos meses, una joven y, quizás por ello, despistada cigüeña blanca (Ciconia ciconia) tomó tiera en plena nevada en la torre de la iglesia de San Vicente, en lo alto de la colina de Vitoria (España). No le pronosticamos ningún buen futuro, pues los párrocos católicos de las iglesias vitorianas aborrecen a las cigüeñas y, como muestra, señalamos que en años anteriores habían tirado abajo los nidos de las cigüeñas que tuvieron la osadía de construirlos (y emparejarse y fornicar sobre ellos) en esas mismas torres. Pues bien, hoy había tres parejas en esa misma torre y han construido los nidos y están emparejadas habiendo realizado los habituales ritos de cortejo. Les deseamos el mayor de los éxitos y que, con su constancia, consigan mantener su derecho a compartir con el ser humano los acantilados artificiales. Defendamos la universal fraternidad de todos los seres vivos. ¡¡Suerte!!

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