Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

jueves, 13 de mayo de 2010

Félix Rodríguez de la Fuente.

Ayer por la tarde, claro, como no se puede salir a pasear por el campo ni a anillar ni a nada por este largo invierno, (hoy otra vez estamos a 7 grados y ha vuelto el frío), terminé de leer varios de los libros pendientes. Entre ellos la biografía de Félix Rodríguez de la Fuente escrita por Benigno Varillas y publicada en abril. Superrecomendable. Al terminar de leerla, entre otras muchas cosas, hay dos que me han llamado la atención y que quiero comentarte. La primera es que no lo tuvo nada fácil. Tuvo que luchar constantemente contra las opiniones de la gente tradicionalista y de la Universidad, pero sobre todo, me ha llamado la atención lo difícil que se lo puso el régimen de Franco. Yo siempre había creído que todo fueron facilidades para que fuera la voz naturalística del régimen pero qué va, ni mucho menos. Fue boicoteado, envidiado y ninguneado por el ICONA, los directivos de TVE, los ingenieros de Montes, la Universidad, Valverde, los nuevos ecologistas, etc. Pero jamás se alejó de lo que decidió era su misión. Y lo segundo es que me he quedado boquiabierto con la absoluta vigencia de su mensaje, de sus valores ecologistas. Su llamada a cambiar la relación del ser humano con la Naturaleza, su llamamiento a un nuevo paradigma de respeto e integración, no pueden ser más actuales y necesarios. ¡Y qué decir de su percepción inmediata de la importancia de los medios audiovisuales para llegar a toda la gente! Lo vió claro aún cuando al empezar no había ni 100.000 televisores en España. Un genio irrepetible.

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