El sábado 23 de julio, sobre las 18:50 hora local, volví al río Tirón. Al mismo recodo en el que estuve la semana pasada. La tarde estaba soleada y soplaba una brisa frsca del NE que mantenía la temperatura en 18ºC. No bajó al río ningún jilguero (Carduelis carduelis), solo alguna lavandera blanca (Motacilla alba), pero no había ni ratro del ácido y penetrante olor a purines que nos había expulsado de allí la semana anterior. Sobre las copas de los árboles del bosque galería, cazaban los vencejos (Apus apus). El sol iba cayendo, ocultándose tras las copas de los árboles de la orilla izquierda que, agitadas por la brisa, producían sobre las aguas sombras y claroscuros. Parece que vienen visitas sorpresa por la espalda y me sobresaltan. Acaba de pasar un martín pescador (Alcedo atthis) como una flecha azul. La cara de decepción es evidente, cuando se enteran los que no lo ven. Un poco más tarde vamos a un concierto conmemorativo del cuarto centenario del fallecimiento del músico abulense Tomás Luis de Victoria, en el convento de Santa María Bretonera de clarisas, en Belorado (Burgos) y dibujo en el programa la imagen del martín pescador que he visto volando a ras del agua. Un final de jornada sabatina radicalmente distinto al de la semana anterior. También los olores hacen nuestros paisajes.
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