Ayer por la tarde entró el verano. Vitoria (España) ha respondido con un día gris y frío. Hacía menos de 13º C esta mañana. Dicen los que saben, que en Vitoria (España), ciudad situada al norte de la Península Ibérica, solo hay dos estaciones: el invierno y la del ferrocarril. Ni tan siquiera hay una estación de autobuses pues las instalaciones que hay son provisionales desde hace casi veinte años. Cuentan que un conocido pintor vitoriano, Fernando de Amárica, que solía ir a Madrid para los estrenos del otoño, fue interpelado por uno de sus contertulios sobre qué tal había estado ese año el verano en Vitoria, a lo cual el aludido respondió: "Muy bien, este año ha caído en martes". Lo mismo cabría decir de este año 2011. Después de cuatro o cinco días primaverales soleados y bastante cálidos, hoy ha caído el cielo plomizo y el viento norte ha traído una bajada de las temperaturas. De los 31ºC de ayer hemos pasado a los 13ºC. Cuando en el sur peninsular caen las temperaturas (de 37ºC a 30ºC, no vayan uds. a pensar en los descensos vitorianos) los comentaristas del tiempo en los medios de comunicación hablan de "alivio térmico". A mi padre se lo llevaban los diablos cuando oía lo del alivio térmico. "De alivio nada -decía- aquí no tienen que aliviarnos de nada, lo que hace es frío". Cuentan las crónicas locales que mi abuelo, personaje relativamente conocido y popular en Vitoria, llevaba por la calle durante todo el año abrigo y tapabocas, por el temor a enfriarse. Cuando algún día, un 25 de julio, por ejemplo, el termómetro superaba excepcionalmente los 35ºC, mi abuelo se retiraba el tapabocas. Al verlo así, había gente que comentaba: "Hoy debe de hacer muchísimo calor, pues D. Valentín se ha quitado el tapabocas". Era una especie de agorero del tiempo pues mucho antes de que entraran los fríos de finales de agosto él ya salía a la calle equipado con su abrigo y sus buenas botas. Dicen que inventó el conceopto y la prenda "abrigo de verano"; un gabán de paño. ligeramente menos pesado que el abrigo de invierno pero que envolvía todo el cuerpo hasta las rodillas. En fin, el cambio de estación me ha puesto rememorión. Sin embargo, un cambio de trabajo, que implica nuevas tareas profesionales, me van a dificultar acudir tan a menudo a la cita con los lectores y lectoras que pueda tener este blog. Seguiré, pero no podré mantener la misma intensidad de escritura ni fotografía. En cuanto pueda haré nuevas entradas. A ver cómo puedo seguir, porque ya lo echo de menos y apenas hace una semana que tuve que asumir los nuevos retos profesionales. A ver si hay suerte.
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