Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

jueves, 17 de marzo de 2011

La catástrofe de Fukushima y Garoña. No hace falta mentir para ser antinuclear.











El enorme terremoto del sábado que sacudió la tierra en las proximidades del archipiélago japonés provocó un aterrador tsunami cuyas impactantes imágenes han sacudido el mundo. Hay en el entorno de 20.000 muertos, cientos de heridos, cientos de miles de desplazados; la Naturaleza ha vuelto a lanzar un aviso a la conciencia de la humanidad destruyendo una de las naciones más poderosas. Pero el sufrimiento humano ocasionado por la catástrofe natural, está pasando a un segundo plano, desplazado del primer plano de la actualidad por las consecuencias de ésta en la central nuclear de Fukushima. En todo esto hay mucho pescador pescando en río revuelto. Vaya por delante que me declaro antinuclear. Me declaro contrario a la generación de energía eléctrica mediante la utilización de la energía atómica. Vaya esto por delante. Hace ya casi cuarenta años colaboré intensamente en las campañas sociales "Contra una costa vasca nuclear". Participé en manifestaciones, cominatas hasta Lemóniz. Junto con Gladys del Estal recorrí una por una muchas localidades guipuzcoanas animando a la creación de Comités Antinucleares. Habíamos pasado juntos el día en el que la mató un guardia civil. Fueron años durante los que participé en decenas de mítines, grandes y pequeños, y siempre repetíamos, como un mantra, que la energía neclear es demasiado poderosa como para pretender ponerla bajo control tecnológico humano. En eso sigo. En ese sentido mis convicciones no han variado demasiado. La energía atómica sólo sirve para desatar su inimaginable poder en una bomba, y apartarse rápidamente para no sufrir sus efectos. Es un espejismo pensar en que se puede controlar. Es un espejismo y una insensatez. Lo estamos viendo ahora mismo en Fukushima. Se he desatado la bestia, los reactores se están calentando fuera de control y los técnicos de la empresa TEPCO se han apartado para que sea el ejército el que asuma la guerra contra los escapes de productos radiactivos. No creo que veamos una explosión nuclear, sino, en el peor de los casos un escape de productos radiactivos, una nube de contaminación letal que se dirigirá hacia la costa oeste de los Estados Unidos. Como profetizamos cuando aún había tiempo, si se desembrida el caballo de la energía atómica, no hay tecnología capaz de retenerlo. La opinión pública mundial se está alineando en dos grandes bloques, el de los que creen que la energía atómica es imprecindible para el "progreso" económico y el mantenimiento del estado del bienestar y el de los que creemos que es demasiado peligrosa y es demasiado incontrolable como para constituirse en el fundamento de un sistema de desarrollo internacional. Los primeros estaban ganando la batalla hasta hace cinco días. Cada vez más voces clamaban porque se pusiera en marcha sin controles el tren de la construcción de centrales nucleares; sin el cual, decían, iba a resultar demasiado caro mantener nuestro nivel de vida. Nuestras fuentes energéticas estaban en manos de gobiernos corruptos de países inestables socialmente. Desde el sábado, hasta la conservadora Angela Merkel desea limitar la expansión del modelo energético de crecimiento sin freno basado en la energía nuclear. Sólo queda el presidente del gobierno español, que nunca se entera y que ahora, de repente se ha convertido, después de años de fiereza antinuclear, en un "prudente estadista que matiza sus declaraciones". A mí más bien me parece un conejo sorprendido por las largas en un camino oscuro. Otra estupidez es eso de que la central de Fukushima es "idéntica" a la Central de "Santa María de Garoña". No sé quién lanzó esta afirmación mendaz, pero ha tenido éxito y lo repiten una y otra vez los medios afines al gobierno español (ayer se la escuché a Pepa Bueno en el telediario de las 21:00 en la 1 de TVE). La central nuclear de Garoña tiene un único reactor. La de Fukushima ¡seis! El único reactor de Garoña trabaja con Uranio enriquecido 235, el 3º de Fukushima trabaja con plutonio, lo que lo hace especialmente peligroso en caso de fuga de material nuclear. Garoña está construída en un terreno sísmicamente estable, Fukushima en un sustrato muy inestable, sobre el cinturón de fuego del Pacífico. La suma de los seis reactores de Fukushima producen una potencia de 4.696 Mwh de potencia mientras que Garoña produce 466Mwh . Igualico, igualico. Sólo se parecen en que la tecnología es la de General Electric que se denomina de agua en ebullición Mark 1. Yo soy firmemente antinuclear, pero tengo la convicción de que no se debe insultar a la inteligencia de los ciudadanos y mentir intencionadamente. Garoña es una cagadica de mosca comparada con Fukushima. No jodamos, que el riesgo es suficientemente cierto como para que nos pillen en un renuncio.

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