A menudo en este blog nos mostramos muy críticos con la actuación de los japoneses en general ante la Naturaleza, por el desprecio que demuestran ante la creciente ola de conciencia conservacionista mundial. En el debate sobre el mantenimiento de la biodiversidad, el pueblo japonés ha puesto sistemáticamente por delante sus propios intereses como devoradores de atún rojo, de carne de ballena, de carne de delfín, etc. desarrollando grandes operativos en contra de estas especies con matanzas tan gigantescas que ponen en peligro la supervivencia de muchas de ellas. Pues bien, a pesar de todo ello, en un momento como éste, en el que el pueblo japonés se enfrenta a una catástrofe natural de importancia descomunal tengo la impresión de que no sería de biennacidos si no tuviéramos un recuerdo emocionado para todas aquellas familias asoladas por la tragedia. El seísmo del viernes, acompañado del tremendo tsunami, ha producido alrededor de 2.500 víctimas mortales. Nuestro recuerdo a todas ellas y nuestra solidaridad emocionada con sus familiares.
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