Mi Código de la Circulación por la carretera de la vida.

"Yo soy solo uno. Puedo hacer solo lo que uno puede hacer; pero lo que uno puede hacer, yo lo hago" (John Seymour, 1914-2004). //La sinceridad está sobrevalorada.// Antes de hablar ten claro que las palabras sean más oportunas que el silencio.// No discutas nunca con un imbécil. Te obligará a rebajarte a su nivel y te ganará por experiencia.// ¡Cuántas veces no se pretende sólo derrotar al contrario, sino más bien hundirle tanto en lo profesional como en lo personal!// ¿Quieres ser feliz un instante (o dos)? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!// Cuanto más pequeño es un corazón, más rencor alberga.// No juzgues. Todas las personas te pueden sorprender si les das la oportunidad.// Tú sigue adelante, si alguien quiere ir contigo, que tire también.// No mires mucho alrededor, sigue adelante pues como dijo no sé quién: "es preferible pedir disculpas a pedir perdón".// No es posible caer bien a todo el mundo. Hagas lo que hagas unos te querrán y otros te aborrecerán. Es inevitable.// El ser humano forma parte de la Naturaleza y es un ser vivo como los demás (árboles, zorros, libélulas, bacterias) por lo que está sometido a los mismos procesos vitales.// Las religiones son el principal enemigo de la salud mental.// Si soy normal, y hago esto y lo otro, seguro que todas las demás personas harán lo mismo o cosas parecidas.

lunes, 11 de abril de 2011

La primavera la sangre altera. Fresno de Río Tirón (Burgos. España). Spring. Spain.

El viernes día 8 de abril, a las seis de la tarde, hacía ¡28ºC! en el casco urbano de Fresno de Río Tirón. La localidad está situada al nordeste de la provincia de Burgos (España). Esas temperaturas, que venían repitiéndose durante toda la semana, son absolutamente extraordinarias para un inicio, todavía titubeante, de la primavera por estas tierras del norte de Castilla. Pero no cabe duda de que animan a la fauna ornítica a acelerar sus labores de cortejo y reproducción. Sentado en mi terraza de un tercer piso, tengo a la vista la mayor parte de los tejados del casco urbano. Desde mi terraza se podían ver gorriones (Passer domesticus), lavanderas blancas (Motacilla alba), verderones (Carduelis chloris), cinco golondrinas (Hirundo rustica) en pleno cortejo persiguiéndose por parejas, estorninos negros (Sturnus unicolor), un macho de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros). En el nido de la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), sobre la espadaña de la iglesia, un adulto echado, pasando calor, se refresca con la agitación gular tan característica de las aves. Estornino negro aportando materiales para el nido. Aviones comunes (Delichon urbica) completando el nido. Desde lejos, desde la enramada, salen los cantos del carbonero (Parus major), del mirlo (Turdus merula), del pardillo (Carduelis cannabina), que deja ver fugazmente su pecho carmesí al pasar junto a la terraza. Un pico picapinos (Dendrocopos major) pasa volando sobre los tejados, desde el soto del río Tirón hasta el soto del río Retorto. Un grupo de golondrinas se ha posado en un cable de la luz.

Nido de aviones comunes que está siendo reparado por sus usuarios recién llegados de África.
Un macho de colirrojo tizón. De pronto, una lavandera blanca se planta ante el tubo brillante de una chimenea recién instalada. El tubo de metal está brillante y pulido. No hace ni quince días que ha sido instalado. El macho de lavandera se ve reflejado y ataca una y otra vez su propia imagen reflejada. Supongo que cree que es un rival en las actividades amatorias y quiere mantenerlo a raya. La lavandera se empeña, aguija, aceja. De pronto pierde interés y se va caminando, pavoneándose por los tejados.

Tengo la impresión de que días así, tan cálidos, tan perfectos, son muy escasos así que me apresuro a disfrutarlo, en buena compañía, hasta el último minuto. Anochece cuando nos retiramos a cenar. Son las nueve y media de la noche. Llevamos orbservando las aves desde las seis de la tarde, y se nos ha pasado el tiempo en un suspiro.

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