Juó, juó ¡cómo estaba lloviendo el domingo pasado día 24 de abril en Fresno de Río Tirón, localidad burgalesa del norte de España! Se habían abierto los cielos y cayó agua hasta hartarse. A pesar de ello decidimos subir andando al páramo, lo que localmente se llama "La Loma" para ver si habían llegado ya los pájaros migradores procedentes de África. La subida a la Loma fue preciosa. Como dijimos a las personas que nos preguntaron que qué tal habíamos subido, "subimos andando y bajamos nadando". ¡Qué manera de llover! Claro, tanta lluvia está dejando precioso el valle. Los cereales brillan verdes como esmeraldas, los sotos van recuperando sus hojas y cubriendo su desnudez.
Al poco de comenzar la cuesta, de entre las rocas de un lateral salió un macho, con plumaje estival, de collalba gris (Oenanthe oenanthe). Acababa de llegar de África pues la semana pasada no había ni ratro de collalbas en la zona. El hábitat les favorece mucho pues las laderas de la Loma son terrenos desarbolados con pastizal raso, con piedras y majanos en donde pueden anidar. Nos acercamos un poco más y vimos que había salido de un agujero bajo unas rocas. Es evidente que esaba buscando ya un lugar en el que instalar el nido. A lo largo de la mañana, en distintos lugares de las laderas de la Loma, identificamos más de ocho machos.
Una parte de las pendientes de la Loma está plantada de coníferas de una repoblación de hace aproximadamente diez años. Se va creando un nuevo ecosistema. La repoblación es poco densa pues las ovejas se comieron algunas plantas jóvenes, lo que favorece una mayor diversidad de ambientes. Se va creando un sotobosque de más entidad que el que había, permanentemente en peligro de ser arrastrado por los desniveles de las laderas. Ahora se ha estabilizado el suelo y el matorral se ha densificado. Los espacios sin arbolado mantienen su flora de herbáceas y plantas aromáticas. Este hábitat, en el que se alternan las especies se está demostrando más ricos que los homogéneos.
Al poco de comenzar la cuesta, de entre las rocas de un lateral salió un macho, con plumaje estival, de collalba gris (Oenanthe oenanthe). Acababa de llegar de África pues la semana pasada no había ni ratro de collalbas en la zona. El hábitat les favorece mucho pues las laderas de la Loma son terrenos desarbolados con pastizal raso, con piedras y majanos en donde pueden anidar. Nos acercamos un poco más y vimos que había salido de un agujero bajo unas rocas. Es evidente que esaba buscando ya un lugar en el que instalar el nido. A lo largo de la mañana, en distintos lugares de las laderas de la Loma, identificamos más de ocho machos.
Sobre nuestras cabezas revoloteaba una milano negro (Milvus milvus), llegado ya hace unas semanas. En lo alto de la Loma, sin llegar del todo al páramo (no pudimos seguir adelante debido al intenso aguacero), encontramos dos grandes bandadas de fringílidos. Una de jilgueros (Carduelis carduelis) y otra de verderones (Carduelis chloris). A pesar de sus coloridos tropicales, ninguna de estas dos especies llega desde África (a veces el jilguero europeo inverna en el Norte de África, sin embargo), pero en nuestro invierno a menudo realizan migraciones parciales que los hacen desaparecer de nuestros campos; siendo sustituidos a veces por aves procedentes de centroeuropa. La gran abundancia de ambas especies de fringílidos que estos días se está sintiendo en Fresno de Río Tirón, puede ser debida al paso de aves migratorias con destino Francia, Alemania, Islas Británicas, etc.
Una parte de las pendientes de la Loma está plantada de coníferas de una repoblación de hace aproximadamente diez años. Se va creando un nuevo ecosistema. La repoblación es poco densa pues las ovejas se comieron algunas plantas jóvenes, lo que favorece una mayor diversidad de ambientes. Se va creando un sotobosque de más entidad que el que había, permanentemente en peligro de ser arrastrado por los desniveles de las laderas. Ahora se ha estabilizado el suelo y el matorral se ha densificado. Los espacios sin arbolado mantienen su flora de herbáceas y plantas aromáticas. Este hábitat, en el que se alternan las especies se está demostrando más ricos que los homogéneos.
Algunos "africanos" han llegado ya. Además de collalbas o milanos, el cuco europeo (Cuculus canorus), también migrante africano, se deja oir desde hace unos días. El avión común (Delichon urbica) se deja ver desde hace algunas fechas y la golondrina (Hirundo rustica) nos acompaña desde hace varias semanas. Sigue sin embargo sin verse en la zona a otros migrantes transaharianos como la abubilla (Upupa epops), el abejaruco (Merops apiaster) o el vencejo común (Apus apus), sin los que la primavera no es plena.
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